7 CONSEJOS DESDE CHESTERTON PARA APLICAR ESTE VERANO: «SÉ PEREGRINO, NO TURISTA»... Y «COME HELADO»

Que tus días no sean solo para el sol, sino también para la oración, la música, la conversación y —cómo no— el misterio

Verano no es escapar del deber, sino abrazar la vida con otra mirada

El verano, para el genial escritor y católico converso G.K. Chesterton, no es un descanso de la vida cristiana… sino una oportunidad para vivirla con más gratitud, menos prisa y más asombro. Y mejor si es con una copa de vino, un libro bueno y una carcajada inesperada.

1. Redescubre el milagro de lo ordinario

  • "El mundo no se cansa de maravillas, sino de maravillas que no se maravillan".

El verano no es solo tiempo libre: es tiempo para mirar el cielo como si fuera la primera vez, para caminar descalzo, para reír sin motivo. Chesterton nos diría: si te aburres, el problema no es el mundo, eres tú.

2. Vacación no es evasión

  • "Lo que hace divertida la vida no es huir de ella, sino meterse en ella de cabeza".

Verano no es escapar del deber, sino abrazar la vida con otra mirada. Viajar no significa dejar de ser tú, ni dejar de pensar. Como diría G.K.: si llevas la cabeza vacía, da igual si estás en París o en tu patio.

3. No te tomes tan en serio

  • "Los ángeles pueden volar porque se toman a sí mismos a la ligera".

El verano es ideal para practicar la sana costumbre del auto-humor. Si puedes reírte de ti mismo mientras sudas bajo el sol, eres invencible. La humildad alegre es revolucionaria.

4. Lleva un buen libro… y una buena mirada

  • "Una buena novela nos dice la verdad sobre su héroe; una mala, la verdad sobre su autor".

Chesterton leería en la playa, pero también miraría a los niños jugar como si fueran poemas en movimiento. Este verano, no olvides tus gafas… ni las del alma.

5. Come helado, pero no te tragues el alma

  • "El mundo está lleno de pequeñas alegrías, el arte consiste en saber distinguirlas".

Disfruta del sol, del vino, del mar… pero con gratitud. Chesterton celebraba la vida con fe, sabía que el placer sin sentido acaba en resaca del alma.

6. Sé peregrino, no turista

  • "El viaje no cambia al hombre, lo revela". 

Vayas donde vayas este verano, no seas turista con cámara. Sé peregrino con corazón. Busca a Dios en lo escondido: en una ermita, en un bosque, en un gesto sencillo. Y no olvides el mapa… del alma.

7. No pierdas el tiempo… ni el alma

  • "La finalidad del tiempo libre es encontrar algo digno del tiempo".

El verano no es para matar el tiempo, sino para hacerlo florecer. Que tus días no sean solo para el sol, sino también para la oración, la música, la conversación y —cómo no— el misterio.

Fuente: ReligiónenLibertad