Se ha publicado el documento de la Secretaría General del Sínodo: un marco para que las Iglesias locales continúen el camino iniciado por Francisco y confirmado por León XIV
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Asamblea General Ordinaria del Sínodo en
octubre de 2024 (ANSA) |
Se informa que
el Santo Padre ha añadido dos Grupos de Estudio más a los ya establecidos. El
texto incluye una invitación a involucrar a quienes hasta ahora han permanecido
al margen y a ampliar la escucha también en prisiones y hospitales.
Por un lado,
ofrecer a las Iglesias locales de todo el mundo un marco común que facilite el
camino conjunto. Por otro, promover el diálogo que conducirá a toda la Iglesia
a la Asamblea Eclesial de octubre de 2028. El documento publicado hoy, 7 de
julio, por la Secretaría General del Sínodo, titulado «Pistas para
la fase de implementación del Sínodo», se desarrolla en esta línea . Unas
sesenta páginas, cuatro capítulos, están salpicados de indicaciones y
orientaciones para acompañar la última fase del proceso sinodal iniciado en
2021 por el Papa Francisco y ahora relanzado por el Papa León XIV.
Papa León XIV
establece dos nuevos grupos de estudio
El texto fue
aprobado por el XVI Consejo Ordinario, reunido en Roma hace pocos días. El 26
de junio, los miembros recibieron la visita del Papa León XIV, quien los animó
a continuar con el estilo de la sinodalidad, una actitud que nos ayuda a ser
Iglesia. El propio León XIV, según informa el documento de hoy, confirmó los
Grupos de Estudio, establecidos por Francisco el año pasado para profundizar la
reflexión sobre ciertos temas desde un punto de vista canónico, teológico y
pastoral, añadiendo dos nuevos: uno sobre «La liturgia en perspectiva
sinodal» y otro sobre «El estatuto de las Conferencias
Episcopales, las Asambleas Eclesiales y los Consejos Particulares ».
La Secretaría General del Sínodo tiene la tarea de «garantizar que las
decisiones del Papa, que también maduran a partir de los resultados de estos
Grupos, se integren armoniosamente en el camino sinodal en curso».
Introducción
del cardenal Grech
Las Huellas se
abre con una introducción del cardenal Mario Grech, secretario general del
Sínodo, que subraya que en este mundo «atrapado en una espiral de violencia y
guerra sin fin, al que le resulta cada vez más difícil crear ocasiones de
encuentro y diálogo», es más que nunca necesaria una Iglesia que sepa ser
«signo e instrumento» de la «unidad de todo el género humano».
El cardenal
recuerda que muchas Iglesias locales del mundo siguen con entusiasmo el camino
sinodal; otras, sin embargo, todavía se preguntan cómo emprender la fase de
implementación o están dando sus primeros pasos. El texto de hoy puede, por lo
tanto, ser un horizonte que afrontar y un estímulo para avanzar con valentía,
afrontando resistencias y dificultades. La Secretaría General del Sínodo
permanece a disposición de todos, asegura el cardenal, para escuchar, acompañar
y fomentar el diálogo y el intercambio de dones entre las Iglesias. A partir de
las contribuciones y preguntas que reciba, ofrecerá nuevos estímulos y
herramientas.
El Jubileo de
los Equipos Sinodales
Las primeras
páginas del documento enumeran las futuras etapas del camino sinodal y anuncian
un evento especial: el Jubileo de los equipos sinodales y de los órganos de
participación, que se celebrará del 24 al 26 de octubre de 2025. «Una
oportunidad para construir vínculos, intercambiar experiencias y conectar
mejor».
En detalle, el
primer capítulo ofrece una clave interpretativa para la fase de implementación
del proceso sinodal, cuyo objetivo es experimentar con prácticas y estructuras
renovadas para que la vida de la Iglesia sea cada vez más sinodal. Esta fase no
es, por lo tanto, una especie de ejercicio, una tarea adicional solicitada por
Roma, ni un momento para formular hipótesis abstractas. Tampoco es un retroceso
ni una mera repetición de lo ya vivido. La fase de implementación —se aclara—
forma parte de la vida ordinaria de las Iglesias, que deberán identificar
caminos formativos para lograr una conversión sinodal tangible en las diversas
realidades eclesiales.
Participación
más amplia
El documento
continúa afirmando que mujeres y hombres participan en la fase de
implementación, en la variedad de carismas, vocaciones y ministerios; pequeñas
comunidades cristianas o comunidades eclesiales de base; parroquias,
asociaciones, movimientos; personas consagradas. En resumen, todos, porque «no
puede ser un camino limitado a un núcleo de seguidores», especifica el texto;
de hecho, es importante contribuir a «ampliar las posibilidades de
participación y el ejercicio de la corresponsabilidad diferenciada de todos los
bautizados».
En este
sentido, es crucial involucrar a quienes hasta ahora han permanecido al margen
del camino sinodal, personas y grupos de diferentes identidades culturales y
condiciones sociales, en particular los pobres y excluidos. Asimismo, se
requiere especial atención para escuchar a quienes han expresado dudas y
resistencia. En este sentido, la invitación a las Iglesias es buscar
herramientas de escucha en diversos contextos, no solo en las parroquias, sino
también, por ejemplo, en universidades, centros de escucha y acogida,
hospitales, prisiones y entornos digitales.
La tarea del
obispo y el papel de los equipos sinodales
El texto
reitera que el principal responsable de la fase de implementación en cada
Iglesia local es el obispo diocesano o eparquial, quien deberá recurrir a otras
figuras y organismos como los diversos Consejos (presbiteral, pastoral,
económico) y, sobre todo, a los equipos sinodales diocesanos/eparquiales, cuyo
trabajo, en la fase de consulta, fue valioso. «Su contribución también será
fundamental en la fase de implementación», afirma el documento. Por ello, será
necesario valorar y renovar los equipos existentes, reactivarlos si se
suspenden, integrarlos y capacitarlos cuando no existan. Los equipos incluyen a
laicos y laicas, sacerdotes y diáconos, consagrados y consagradas de diferentes
edades y portadores de diferentes culturas y modelos de formación. Se evaluará
la posibilidad de invitar a representantes de otras comunidades cristianas o
religiones como observadores. El obispo, si no forma parte del equipo, será
informado periódicamente sobre el trabajo y se reunirá con el equipo cuando
corresponda.
La puerta
siempre "abierta"
El documento
aborda extensamente las tareas de la Secretaría General del Sínodo, la cual,
según se afirma, se compromete a permanecer siempre abierta a escuchar las
necesidades, intuiciones y propuestas de las Iglesias locales, facilitar su
trabajo y responder a las solicitudes de contenido y metodología. En esta
perspectiva, se promoverán conferencias, seminarios de estudio y momentos de
reflexión compartida. Asimismo, se acompañará la organización de las asambleas
continentales de evaluación (primer trimestre de 2028) y la asamblea eclesial
de octubre de 2028, como oportunidades para compartir experiencias de
renovación de prácticas y estructuras en un sentido sinodal, con el fin de
presentarlas al Papa para su validación definitiva.
Promover el
conocimiento del Documento Final
Las Huellas exploran
entonces la estructura y el contenido del Documento Final de la Asamblea de
2024, un texto rico y orgánico cuyo conocimiento es esencial promover. Se
recomienda ofrecer momentos y/o herramientas de formación, acompañamiento y
orientación en la lectura. El Documento identifica entonces
algunos puntos fuertes, como la perspectiva eclesiológica arraigada en el
Concilio; el impulso ecuménico; y la visión de un diálogo con otras tradiciones
religiosas y la sociedad.
Teniendo en
cuenta la necesidad de avanzar juntos como Iglesia, Tracce reitera
la invitación a las Iglesias locales a compartir los pasos dados en áreas
específicas. Una de ellas, sobre todo, es el acceso efectivo a funciones de
responsabilidad y liderazgo que no requieren el sacramento del Orden por parte
de mujeres y hombres no ordenados, tanto laicos como consagrados.
Procesos de
"estilo sinodal"
En general, se
recomienda que el método sinodal no se reduzca a una serie de técnicas para la
gestión de reuniones, sino que se viva como una experiencia espiritual y
eclesial que implica crecer en una nueva forma de ser Iglesia. Por lo tanto,
las indicaciones metodológicas se aplicarán en diversos procesos
(discernimiento, gobernanza, escucha, formación, etc.), caracterizados por
diferentes objetivos, pero unidos por el hecho de que se desarrollan en un
estilo sinodal.
Mirando hacia
el futuro con confianza
En la parte
final, se invita a la Iglesia a «mirar con confianza el camino» de los próximos
años, a partir del Jubileo de los equipos sinodales: «Que la ocasión de caminar
juntos físicamente hacia la Puerta Santa se convierta en una oportunidad para
intercambiar dones y celebrar esa esperanza que no defrauda».
Salvatore
Cernuzio
Ciudad del
Vaticano
Fuente: Vatican News