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El Papa León XIV visita a las Clarisas de Albano este 15 de julio Crédito: Vatican Media. Dominio público |
Tras celebrar una Misa esta
mañana en la capilla de la estación de Carabinieri de Castel Gandolfo,
donde se encuentra durante su periodo vacacional, el Papa León se dirigió hasta
el cercano monasterio, donde fue cálidamente recibido por las religiosas.
El Pontífice se detuvo en oración en la capilla del monasterio,
compartiendo un momento de silencio y recogimiento junto a las hermanas, a las
que posteriormente saludó una a una, resaltando que “es hermoso que la Iglesia
conozca vuestra vida, porque es un testimonio valioso”.
Este inesperado encuentro dejó unas imágenes de ternura,
reflejada en los rostros de alegría y gratitud de las hermanas de Santa Clara,
cuya misión es orar por el Papa, por la Iglesia y por toda la realidad de la
Ciudad del Vaticano.
El Monasterio de las Clarisas de Albano, fundado en 1631 durante
el pontificado de Urbano VIII, conserva desde sus orígenes un vínculo especial
con la Santa Sede.
Según informa el sitio oficial del Estado de la
Ciudad Vaticano, su fundación se debió a la generosidad de la princesa Caterina
Savelli y los príncipes de Albano, quienes donaron el monasterio a la hermana
Francesca Farnese, fundadora a su vez del monasterio de Farnese, en Viterbo, y
promotora de una reforma de estricta observancia clariana.
A lo largo de los siglos, las religiosas han vivido en este
monasterio una vida de silencio, oración y contemplación, en fidelidad al
carisma de santa Clara de Asís. También han recibido las visitas de los
pontífices, especialmente durante los meses de verano.
El Papa Francisco visitó la
Comunidad por primera vez en julio de 2013, ocasión en la que destacó
el “incalculable valor” que las hermanas atribuyen a la oración.
“¡He venido aquí porque sé que rezáis por mí! Os agradezco mucho
todo lo que hacéis por la Iglesia: la oración, la penitencia, el cuidado
mutuo... Vuestra vocación a la vida contemplativa es hermosa”, dijo Francisco.
Durante una visita del Papa Benedicto
XVI al Monasterio en 2007, el Pontífice resaltó que “el vínculo
espiritual que existe entre vosotros y el Sucesor de Pedro es muy
estrecho”.
En aquella ocasión, el Papa Ratzinger invitó a las
hermanas a ser “antorchas ardientes de amor, ‘manos juntas’ que velan en
oración incesante, desprendidas totalmente del mundo, para sostener el
ministerio de aquel a quien Jesús ha llamado a guiar su Iglesia”.
El Papa San Juan Pablo II, durante un encuentro con ellas en
agosto de 1979, afirmó que, de todas las personas “que el Papa ama de cerca,
vosotras sois ciertamente las más preciadas”.
“El Vicario de Cristo tiene una necesidad extrema de vuestra
ayuda espiritual y cuenta sobre todo con vosotras, que, por vocación divina,
habéis elegido la mejor parte, que es el silencio, la oración, la
contemplación, el amor exclusivo de Dios”.
Consciente de esta tradición, el Papa León XIV ha querido
visitarlas personalmente. Antes de despedirse, firmó en el libro de honor del
monasterio y rezó con las hermanas el Padrenuestro.
Como signo de gratitud, el Papa León regaló a la comunidad un
cáliz y una patena para la celebración de la Misa y las hermanas, por su parte,
le obsequiaron un icono del Rostro de Jesús.
Por Almudena Martínez-Bordiú
Fuente: ACI