El sacerdote mexicano que evangeliza a millones de seguidores en redes: «Tiemblo cada vez que subo un reel»
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El padre Heriberto García |
Nunca se sintió
cómodo frente a una cámara. Heriberto García entró al mundo digital con temor,
pero también con obediencia. Hoy, a puertas del Jubileo de los Misioneros
Digitales, reconoce que su fe y ministerio han cambiado para siempre
Con más de dos
millones de seguidores entre TikTok, y más de 200.000 en Instagram, el padre
Heriberto García Arias, sacerdote diocesano mexicano de 37 años, se ha
convertido en una de las voces más influyentes del mundo digital católico.
Ordenado en 2016, hoy es reconocido por haber transformado las
redes sociales en un auténtico púlpito desde el que anuncia, sin filtros ni
artificios, su mayor pasión: el amor a Cristo.
En el marco
del Jubileo de los Misioneros Digitales e Influencers Católicos,
que se celebra en Roma los días 28 y 29 de julio, el padre Heriberto abre su
corazón en esta entrevista con El Debate para hablar de su vocación digital y
de la profunda dimensión pastoral que hay detrás de cada uno de sus mensajes.
Ser
misionero digital en el siglo XXI
«Yo vivo este
apostolado y lo entiendo así: como un misionero digital, como una respuesta a
una necesidad urgente que tiene la Iglesia. Y como pastor, siento que tengo que
responder de esta manera», afirma convencido, aunque admite que las
redes nunca fueron parte de sus intereses iniciales. «Me gustan más
los documentales, los cortometrajes, el cine… ese tipo de cosas. Pero ahora lo
hago por una necesidad pastoral», asegura.
Y lo hace con
vértigo. No el de quien busca fama o hacerse viral, sino el de quien sabe que
cada palabra puede convertirse en eco para miles —a veces millones— de almas. «Tiemblo
cada vez que subo un reel», confiesa. «Me imagino como si estuviera
hablando en un estadio… no es cualquier cosa. Siempre está ese riesgo de
equivocarse, y sí, me he equivocado muchas veces», añade.
«No uso las
redes para consumir contenido»
Lejos de ver en
las redes un pasatiempo superficial, el sacerdote mexicano las vive como
terreno fértil para sembrar esperanza y verdad. Es por eso que no siente que
esté perdiendo el tiempo, porque es una oportunidad que puede usar «para
alimentar espiritualmente a otras personas».
Y añade una
clave importante para entender su equilibrio interior en el mundo digital: «No
uso las redes para consumir contenido. Las uso para crear, para
reflexionar. Eso es lo técnico. Pero lo más importante siempre es lo que digo.
En eso me centro», explica.
Heriberto ha
sabido conectar con miles de jóvenes —muchos de ellos alejados de la Iglesia—
por su lenguaje directo, fresco y su presencia cercana. Pero no se trata solo
de estilo: hay una profunda convicción detrás de su presencia digital.
«Este camino me
ha ayudado a tocar el lodo», afirma con convicción. Y no lo dice como una
metáfora, sino como una experiencia real: la de sumergirse en la vida
concreta de quienes lo siguen. «Es ahí donde los puedo entender
—explica—: leyendo sus mensajes, a veces sus comentarios. Me doy cuenta de lo
que realmente está pasando en el mundo de esos jóvenes, adolescentes, nativos
digitales, de esas personas que no tienen un sacerdote cerca».
Una fe que
madura
A través de las
redes, cientos le escriben cada semana. Algunos buscan orientación,
otros consuelo, y muchos simplemente alguien que los escuche. «Me pueden mandar
un mensaje, y yo escucho cuáles son sus verdaderas necesidades», explica. Esa
cercanía digital, lejos de ser impersonal, ha ido transformando también su
interior: «Poco a poco, ha madurado mi fe y, por supuesto, mi servicio».
Además de su
labor en redes, el padre Heriberto es autor del libro Misioneros digitales. ¿Influencers o testigos de Cristo hoy?. A
esa pregunta, este mexicano lo tiene claro: «Cualquier sacerdote que busque ser
el centro está equivocado. Cristo es el protagonista, y el
misionero digital busca seguidores para Él», afirma con convicción.
María Rabell García
Corresponsal en
Roma y El Vaticano
Fuente: El Debate