5 HÁBITOS PARA ENSEÑAR A LOS NIÑOS A REVERENCIAR LA MISA

Estos son 5 pequeños hábitos que puedes fomentar para ayudar a tus hijos a adorar a Dios con todo su corazón, mente y cuerpo en la Santa Misa

Jayakri | Shutterstock

Cuando vamos a Misa, esperamos que los hijos no se pasen toda la hora deseando terminar y salir de allí. Por eso es importante que aprendan a estar plenamente presentes, con ciertos hábitos que les permitan aprovechar el tiempo para rezar y escuchar la Palabra de Dios, y a utilizar los gestos de su cuerpo como parte de su adoración.

Estos son 5 pequeños hábitos que puedes fomentar para ayudar a tus hijos a adorar a Dios con todo su corazón, mente y cuerpo.

1. Hacer una genuflexión al entrar y salir del banco

Hacemos una genuflexión ante el Sagrario para reconocer que Jesús está allí presente. Incluso los niños pequeños pueden aprender a hacerlo. Recuerda que el ejemplo arrastra, así que si nosotros como padres lo hacemos, ellos nos imitarán.

¿Por qué hacemos esto? Puedes buscar ejemplos para tus hijos para que lo entiendan como: "Así es como se saludaba a los reyes y reinas en la antigüedad, así que estamos demostrando que Dios es nuestro rey".

2. Inclinarse hacia el altar o el sagrario cuando cruzamos el pasillo principal

Si tenemos que cruzar el pasillo principal durante la Misa, recuérdales que hay que hacer una pausa para inclinarse hacia el sagrario o el altar (a menudo ambos están en medio de la iglesia).

Este sencillo acto reconoce la presencia de Cristo cada vez que pasamos, tanto si estamos en la parte delantera como en la trasera de la iglesia. Muestra respeto y reverencia en la casa de Dios.

3. Haz un acto interior de adoración durante la Consagración

Durante la Consagración, cuando el sacerdote levanta la Sagrada Hostia, diles a tus hijos que recen en su corazón: "Señor mío y Dios mío". Estas palabras de santo Tomás apóstol reconocen el milagro que sucede durante este momento tan sagrado en la tierra.

Después de recibir la Sagrada Comunión, animales a tener una conversación de corazón a corazón con Jesús, su mejor amigo, mientras está tan íntimamente presente con ellos:

Cuéntale a Jesús en qué estás pensando. ¿Qué hiciste ayer? ¿Qué te preocupa? ¿Qué esperas con impaciencia? Ahora es el momento de decírselo, cuando está tan cerca de tu corazón.

4. Haz un acto de reverencia al recibir la Comunión

Aquí hay diferentes prácticas culturales. Algunos se arrodillan para recibir la Eucaristía, una hermosa devoción. Otra opción es inclinar brevemente la cabeza cuando el ministro levanta la Hostia y dice: "Cuerpo de Cristo". Luego hacemos la Señal de la Cruz después de recibir. Estos gestos son una expresión externa del asombro y admiración que sentimos en nuestros corazones.

5. No abandones el banco hasta que el sacerdote abandone el altar

La Misa tiene un final apropiado, y no nos apresuramos a salir antes de ese momento a menos que sea una emergencia. Esta regla es un pequeño acto de paciencia y respeto. Es un momento apropiado para una oración de agradecimiento: "¿Qué es lo que quieres agradecer a Dios en este momento?".

Si los anuncios se hacen muy largos, pueden hojear su misal infantil o un libro sobre santos de nuestra bolsa de Misa.

Pequeños pasos, grandes corazones

Estos hábitos no se arraigarán de la noche a la mañana; pero las gestos que hacemos con nuestros cuerpos significan algo. Sumados, estos pequeños actos de adoración crecen lentamente hasta convertirse en un hábito de reverencia hacia las cosas de Dios.

Estos hábitos no son solo sobre modales o etiqueta de la Iglesia. Se trata de enseñar a nuestros hijos a estar plenamente presentes en la Santa Misa y a responder al abundante amor de Dios con todo nuestro corazón.

Theresa Civantos Barber - Karen Hutch

Fuente: Aleteia