LA SANGRE DE ESTE SANTO SE LICUA CADA AÑO A LA VEZ EN DOS PAÍSES DISTINTOS

Cada año dos muestras de sangre de San Pantaleón que se custodian en dos países europeos a miles de kilómetros entre sí sufren el mismo proceso a la misma hora cada 27 de julio.

Ampolla con la reliquia de la sangre de San Pantaleón en Madrid.
Crédito: Archidiócesis de Madrid. Dominio público
Las dos ampollas que contienen la sangre de este santo se encuentran en España e Italia. Una, en la iglesia del Real Monasterio de la Encarnación de Madrid, desde el siglo XVII. La otra, en la Catedral de Ravello, localidad al oeste de Salerno.

A pesar de la distancia que separa ambas reliquias, las dos muestras de sangre sufren el mismo prodigio de pasar de estado sólido a líquido, hecho conocido como licuación o licuefacción. 

De la reliquia de Ravello, el Papa Pablo V reclamó una pequeña porción, que luego regaló a la condesa de Miranda, cuya hija era monja agustina recoleta en el Monasterio de la Encarnación, donde también se guarda un hueso del santo.

El capellán del monasterio de la Encarnación de Madrid, el P. Joaquín Martin Abad, aseguró al semanario Alfa y Omega que “hay constancia fehaciente de que todos los años sucede el mismo fenómeno [de la licuefacción de la sangre]". 

Entre 1724 y 1730, trece doctores en Medicina y Teología hicieron observaciones y firmaron ante un juez "que dicha reliquia es la misma que han admirado y visto líquida y suelta el día del glorioso mártir, 27 de julio; y, pasada su festividad, también la han visto, dura y condensada, como está al presente".

"Unos dos meses antes el contenido de una y otra ampolla va cambiando de color, de más opaco se va haciendo más transparente y rojizo; al principio disminuye el volumen, como si se contrajera, y después aumenta el volumen cuando paulatinamente va a pasar al estado líquido", aseguró Martín Abad en declaración a Alfa y Omega este 27 de julio. 

La iglesia del Real Monasterio de la Encarnación de Madrid abre sus puertas desde la víspera de la fiesta de San Pantaleón para que los fieles puedan rezar y presenciar este prodigio que se repite cada año desde hace más de cuatro siglos. 

Por razones sanitarias, "el relicario del hueso no se dará a besar, como se realizaba antes de la pandemia, pero se podrá orar delante del relicario de la sangre y contemplar la imagen ampliada de la ampolla en pantallas de televisión, como en ocasiones anteriores", señala la Archidiócesis de Madrid.

La devoción a San Pantaleón se remonta a siglos en España. Entre las reliquias que se conservan, una muestra de su sangre es la más preciada.

Por Blanca Ruiz

Fuente: ACI