Las maternales palabras de recibimiento de Virgen en el cielo, imaginadas por la Santa Juana, cuya beatificación fue celebrada el 2 de marzo en España
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Diócesis de Getafe |
Muchas personas
confían en que la Virgen María las conducirá al cielo al dejar esta tierra.
Algunas incluso imaginan las palabras precisas con las que su Madre las
recibirá. Como la “santa Juana”, cuya beatificación fue celebrada solemnemente el 2 de marzo
de 2025 en el Monasterio de Cubas de la Sagra.
La beata Juana
de la Cruz fue párroco y predicaba con una inspiración ampliamente reconocida a
lo largo de los siglos.
En su Sermón de
la Asunción de Nuestra Señora, escribió estas palabras con las que imaginó que
María recibe a los que llegan al paraíso sintiéndose indignos:
Y continúa
poniendo estas palabras de misericordia en boca de la Madre que reina en el
cielo:
Adelantada a
su tiempo
Estas palabras
imaginadas por la beata Juana de la Cruz se mezclan con diálogos con Jesús y
los ángeles y pensamientos llenos de esperanza en su sermón sobre la Asunción,
recogido en el recopilatorio titulado Conhorte.
Comentándolo en
un libro sobre los sermones marianos de la santa Juana,
la clarisa sor María Victoria Triviño recuerda que cuando vivió la beata, la
Asunción de la Virgen todavía no era dogma de fe.
Sin embargo,
“sor Juana lo proclama, lo canta, lo anuncia con seguridad y bellas palabras”.
La sabiduría de
la “santa Juana” expresada en sus sermones y en su vida, contribuyó a despertar
el culto inmemorial que ahora la Iglesia ha reconocido declarándola beata.
Misa de
acción de gracias en España
El Monasterio de Cubas de la Sagra, del que la beata fue
abadesa, acogió el 2 de marzo de 2025 una solemne misa de agradecimiento por su
beatificación.
En ella, el
arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, destacó tres parecidos de la beata Juana
de la Cruz con la Virgen María, según informó la diócesis de Getafe.
“Primero
-dijo-, la beata, como la Virgen en Caná, se ha dado cuenta de que a nuestro
mundo le falta la alegría de la resurrección”.
“Segundo, como
María junto a la cruz, también ha dicho “el Padre sabrá” al afrontar los
sufrimientos”.
Y tercero,
vivió “con Cristo, por Cristo, con Él y en Él’ rompiendo moldes como párroco,
predicadora, bebiendo de la profunda espiritualidad franciscana que sigue
presente en este convento”.
Por su parte,
el obispo de Getafe, Ginés García Beltrán, habló del “sabor a Evangelio” de la vida de sor Juana
de la Cruz. Y afirmó que:
“Su palabra, la
riqueza evangelizadora y catequética de su predicación, la voz profética de una
mujer fuerte, el don de consejo, la cercanía a todos, el valor de la iniciación
cristiana, gran desafío para el momento presente de la Iglesia, el anuncio a los
que no están cerca, que hoy llamamos primer anuncio, y hasta la incomprensión y
la persecución hacen de su vida un verdadero testimonio de santidad para su
época y para hoy”.
No
empoderamiento sino amor
En la homilía,
el nuncio en España Bernardito Auza aseguró que “la vida de la beata tiene un
mensaje para la Iglesia de todos los tiempos y también hoy”.
“Su palabra no
es de empoderamiento, sino de amor, humildad, servicio en favor de la redención
y conversión de las almas de la gente de la zona -dijo-. Su palabra es una luz
para ellos”.
“Sor Juana de
la Cruz hablaba de cuatro cruces: la de la carne; la del mundo, que nos lleva a
buscar su estima; la del demonio, que nos hacer caer en la desconfianza en Dios
y la cruz de Jesucristo, en la que Él manifiesta su amor”, prosiguió.
Y añadió que
“la beata nos enseña lo que es propio del cristiano: comunicar irradiando la
alegría del conocimiento de la bondad de Cristo”.
Patricia Navas
Fuente: Aleteia