Las religiosas fundadas por Santa Luisa se dedican exclusivamente a obras de caridad
Dominio público |
Se casó con Antonio Le Grass, secretario de la
reina de Francia, María de Médicis, convirtiéndose en un modelo de esposa pues
con su bondad y amabilidad logró transformar a su esposo que era duro y
violento, y hasta obtuvo que en su casa todos rezaran en común las oraciones de
cada día. Dios le concedió un hijo, a quien amó e inculcó una sólida fe
católica desde pequeño.
A los 34 años falleció su esposo, y decidió entonces consagrar su vida al servicio de Dios. Esta santa mujer tuvo la dicha inmensa de tener como directores espirituales a dos santos muy famosos y extraordinariamente guías de almas: San Francisco de Sales y San Vicente de Paúl. Con San Francisco de Sales tuvo frecuentes conversaciones espirituales en París en 1618 (tres años antes de la muerte del santo) y con San Vicente de Paúl trabajó por treinta años, siendo su más fiel y perfecta discípula y servidora.
San
Vicente de Paúl había fundado grupos de mujeres que se dedicaban a ayudar a los
pobres, atender a los enfermos e instruir a los ignorantes. Estos grupos de
caridad existían en los numerosos sitios en donde San Vicente había predicado
misiones, pero sucedía que cuando el santo se alejaba los grupos disminuían su
fervor y su entusiasmo haciéndose necesario la presencia de alguien que los
coordinase y animase permanentemente.
Dicha
persona providencial fue Santa Luisa de Marillac, quien personalmente se
ofreció para coordinar y dirigir a los grupos de caridad. La santa recorrió el
país visitando las asociaciones de caridad, llevándoles gran cantidad de ropas
y medicinas para entregar a los más necesitados.
En
1633, el 25 de marzo, las primeras cuatro jóvenes hacen votos de pobreza,
castidad y obediencia, bajo la dirección de Santa Luisa, naciendo así la más
grande comunidad femenina que existe, las Hermanas Vicentinas, Hijas de la
Caridad. La santa además escribió muchos textos y libros en los cuales recopiló
las enseñanzas de San Vicente de Paul y reflexiones personales, constituyendo
una extraordinaria riqueza para la vida espiritual de sus religiosas y de todas
las personas en general.
Falleció
el 15 de Marzo de 1660, después de sufrir una dolorosa enfermedad y dejando
fundada y muy extendida la más grande comunidad de religiosas. Las 33,000
religiosas vicentinas o hijas de la Caridad tienen más de 3,300 casas en el
mundo.
En
la casa donde está sepultada su fundadora, en París, sucedieron las apariciones
de la Virgen de la Medalla Milagrosa a la vicentina Santa Catalina Labouré.
Las
religiosas fundadas por Santa Luisa se dedican exclusivamente a obras de
caridad. El Papa Pío XI declaró santa a Luisa de Merillac en 1934, y el Sumo
Pontífice Juan XXIII la declaró Patrona de los Asistentes Sociales.
Fuente: ACI