Pascal Deloche/Godong/UIG Diverse/East News. Dominio público |
Aunque esto es
bueno, a veces nuestras intenciones no son las correctas.
Incluso
podemos sentir cierta presión para unirnos a la fila de la comunión,
especialmente si hay otras personas en el banco que quieren pasar por delante
de nosotros.
Muchos de nosotros simplemente no queremos quedarnos fuera. Para entender cómo debe ser nuestra comunión, leamos lo que enseñaba este santo.
San Francisco de Sales explica en su Introducción a la vida devota que
nuestra primera intención debe ser crecer en el amor a Jesucristo:
Vuestra
principal intención en la Comunión debe ser crecer, fortaleceros y abundar en
el Amor de Dios; por Amor recibid lo que sólo el Amor os da. En verdad, no hay
aspecto más amoroso y tierno para contemplar al Salvador que este acto, en el
que, por así decirlo, se aniquila a Sí mismo y se nos da como alimento, para
llenar nuestras almas y unirse más estrechamente al corazón y a la carne de sus
fieles.
La Sagrada
Comunión está destinada a profundizar nuestra comunión con Dios. Se trata de
nuestra relación con Dios y de crecer en su amor.
Tenemos que
preguntarnos si esa es la intención principal que tenemos cuando nos unimos a
la fila de la comunión, o si sólo lo hacemos por costumbre.
Jesús quiere
entregarse a nosotros en la Eucaristía, pero tenemos que estar abiertos a su don.
Philip Kosloski
Fuente: Aleteia