En torno
a 150 son los sacerdotes que han sido secuestrados en Nigeria durante
la última década, según un informe publicado por Agencia Fides. De
todos ellos, once han sido asesinados y cuatro se encuentran en paradero desconocido.
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Dominio público |
La
peor parada por número de secuestros es Owerri,
con 47 casos, siendo una región de alto riesgo para ejercer la misión
sacerdotal. Todos ellos fueron finalmente liberados. Le siguen las provincias
de Onitsha, con 30 casos de los
cuales uno fue asesinado, y Kaduna,
con menos secuestros -24- pero muchos con siete asesinados, lo que en el
informe se explica por la mayor actividad terrorista, la insurgencia o el
incremento de las tensiones religiosas en el norte del país.
“Kaduna es la provincia más peligrosa, donde
los secuestros suelen acabar en muertes”, afirma la Agencia
Fides, añadiendo que esta tendencia “sugiere que los secuestradores de esta
región son más agresivos, tienen motivaciones políticas o están menos
interesados en negociar rescates”.
Por número de muertes, Kaduna lidera el estudio con
7 sacerdotes asesinados, siendo la provincia más peligrosa y en la que los
secuestros terminan en el asesinato con más frecuencia. Le sigue Abuja con dos sacerdotes asesinados,
mostrando que, aún siendo la capital, los sacerdotes no están exentos de
riesgos. En tercer lugar, se encuentra Benín
y Onitsha, ambas con un sacerdote asesinado.
Uno
de los últimos secuestrados y asesinados en Nigeria fue el padre Sylvester Okechukwu, en la
diócesis de Kafanchan. Según un comunicado emitido por la diócesis, el
sacerdote fue raptado en su residencia en la noche del 4 de marzo,
encontrándose su cuerpo sin vida en la madrugada del 5 de marzo. No se ha dado
ninguna razón para su asesinato a manos de sus secuestradores.
«La
pérdida prematura y brutal nos ha dejado
con el corazón roto y devastados. El P. Sylvester fue un dedicado siervo de
Dios, que trabajó desinteresadamente en la viña del Señor, difundiendo el
mensaje de paz, amor y esperanza. Siempre estaba disponible y accesible para
sus feligreses. Su muerte prematura ha dejado un vacío indeleble dentro de
nuestra familia diocesana, y compartimos el dolor de su fallecimiento con su
familia, amigos y todos aquellos que lo conocieron y amaron», reza el
comunicado enviado por la diócesis a Ayuda
a la Iglesia Necesitada.
El
último parámetro de análisis son las provincias con sacerdotes que continúan en paradero desconocido.
Se
menciona en primer lugar a Kaduna, con un sacerdote desaparecido. “Dada la alta
tasa de mortalidad, el sacerdote podría estar en
grave peligro o haber fallecido ya”, menciona Agencia Fides. En
segundo lugar se habla de Benín y Owerri, con uno y dos sacerdotes
desaparecidos respectivamente.
En
cuanto a las provincias más seguras o menos afectadas y consideradas por el
informe como “de riesgo bajo” son Ibadan y Calabar, con dos y cuatro
casos de secuestros respectivamente y todos ellos liberados.
Lagos, centro económico de Nigeria, parece ser
la provincia más segura para el clero católico.
Esto
podría deberse a una mejor vigilancia policial, medidas de seguridad urbana o
una menor militancia religiosa en la región.
Paralelamente,
esta semana también se ha publicado un informe del Secretariado
Católico de Nigeria (CSN), cuyas cifras coinciden prácticamente con
los 145 secuestros reportados por Agencia Fides. En el caso del CSN, se
reportan 143 secuestros de sacerdotes católicos
en la última década, con 13 de ellos asesinados.
Según
este último informe, replicado por el nigeriano The sun, la diócesis
con mayor número de secuestros -y sin ninguna muerte- es Okigwe, con cuarenta y
siete asesinados. Le siguen Port Harcourt, con catorce secuestros, Ekwulobia y
Kafanchan, con siete raptos cada una, Auchi y Warri, con seis respectivamente,
seguidas de Kaduna, Issele-Uku, Otukpo, Pankshin, Benin e Idah.
Los
miembros de la Conferencia Episcopal
Regional de África Occidental (RECOWA) han condenado el incesante
secuestro y asesinato de sacerdotes y religiosos católicos en la región de
África Occidental, describiendo la tendencia como una “anormalidad”.
En
una declaración compartida con ACI
África, socio de noticias de CNA en África, el 11 de marzo, los miembros de
RECOWA describieron la violencia ejercida contra el clero católico en toda la
región de África occidental como "un mal
que está ganando terreno gradualmente", y señalaron que la tendencia
es inaceptable.
En
Nigeria en particular, los miembros de RECOWA observaron que no pasa un mes sin
que haya noticias del secuestro de un sacerdote o religioso y un llamado a la
oración hecho por los ordinarios locales y superiores para su liberación.
Hicieron
un llamamiento a los sacerdotes católicos que ejercen su ministerio en regiones
hostiles para que sigan comprometidos a servir a los pobres y marginados sin
dejarse llevar por el miedo.
Pese
a las cifras reportadas en ambos informes, The
sun remarca el “desacuerdo” de
las cifras oficiales con las sospechas generalizadas entre la
población, tendentes a considerar que la cifra de secuestrados y asesinados en
los últimos diez años es mayor que la reflejada en los estudios.
Jesús M. C.
Fuente: ReL