Esta abadía benedictina, situada en un frondoso valle rodeado de densos bosques y elevadas cumbres, es el hogar de la Virgen de Valvanera, la querida patrona de La Rioja
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En la recóndita
Sierra de la Demanda de La Rioja, en España, se encuentra el milenario Monasterio de Valvanera. Esta abadía
benedictina, situada en un frondoso valle rodeado de densos bosques e
imponentes cumbres, es el hogar de la Virgen de Valvanera, la querida patrona
de La Rioja. Durante siglos, peregrinos y visitantes han acudido a este
monasterio en busca de solaz espiritual y belleza natural.
Los orígenes
del Monasterio de Valvanera se remontan a un hecho milagroso que aún hoy sigue
inspirando devoción. Cuenta la leyenda que, a finales del siglo IX, un famoso
ladrón llamado Nuño Oñez se convirtió tras escuchar las plegarias de una de sus
víctimas. La leyenda cuenta que Nuño se retiró a una cueva del cercano pueblo
de Anguiano, donde se dedicó a rezar y hacer penitencia, pidiendo consejo a la
Virgen María.
Un día,
mientras oraba profundamente, Nuño recibió la visita de un ángel que le indicó
que viajara al valle de Valvanera. Allí, le dijo el ángel, encontraría una
imagen milagrosa de la Virgen María bajo un gran roble, cerca de un manantial y
de una colmena. Siguiendo las instrucciones del ángel, Nuño se dirigió al valle
acompañado de un sacerdote llamado Domingo de Brieva. Cuando llegaron,
descubrieron la imagen de la Virgen, tal y como había predicho el ángel. Ambos
viajeros tomaron la imagen como un signo de misericordia. Conmovidos por este
milagro, construyeron una pequeña ermita en el lugar, que más tarde se
convirtió en el magnífico monasterio de Valvanera.
La imagen
encontrada por Nuño se convirtió en el corazón del monasterio, atrayendo a una
creciente comunidad de ermitaños que poco a poco formaron una orden monástica
siguiendo la Regla de San Benito. Con el paso de los siglos, el monasterio
floreció y su primer abad, Don Sancho, fue nombrado en 990. La abadía también
se convirtió en un importante centro espiritual y cultural, produciendo
importantes obras como el famoso Smaragdo - una copia manuscrita de la Regla benedictina que data
de 954.
A pesar de
enfrentarse a desafíos como la Exclaustración de Mendizábal en el siglo XIX,
que provocó su abandono temporal, el monasterio fue restaurado a finales del
siglo XIX gracias a los esfuerzos de personas dedicadas, entre ellas el famoso
agustino Fray Toribio Minguella. Estos esfuerzos revitalizaron el monasterio, y
los monjes benedictinos regresaron para continuar su misión espiritual.
Hoy en día, el
monasterio de Valvanera sigue siendo un lugar de profundo significado
espiritual y cultural. Aunque la comunidad benedictina lo abandonó en 2018 tras
10 siglos de servicio, el monasterio está gestionado en la actualidad por el
Instituto del Verbo Encarnado (IVE), que continúa su legado de devoción y
oración.
El entorno
sereno del monasterio, unido a su riqueza histórica y espiritual, lo convierten
en un destino imprescindible para peregrinos y turistas que visitan La Rioja.
Más que un
lugar religioso, el Monasterio de Valvanera es un testimonio vivo del poder
transformador de lo divino. La historia de Nuño Oñez y el milagroso hallazgo de
la imagen siguen inspirando a todos los que lo visitan.
Daniel Esparza
Fuente: Aleteia