SI SE SALVAN MÁS FÁCIL QUIENES NO PUEDEN CONOCER LA FE, ¿POR QUÉ EVANGELIZAR? 4 RAZONES PARA HACERLO

Quienes viven fuera de la Iglesia “son más propensos a la esclavitud de las pasiones debido a errores y omisiones sobre la moralidad que mantienen”

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En uno de sus últimos artículos escritos para Catholic Exchange, el catequista y estudioso Jacob Gillick, de Missouri, expresaba un planteamiento que todo católico puede haberse hecho en algún momento de su vida. Si alguien que no conoce la fe puede salvarse, ¿no sería mejor no evangelizarle?

El planteamiento no es tan simple. Parafraseando textos como Lumen Gentium, recuerda que aunque la Iglesia “es necesaria para la salvación”, también pueden obtenerla “quienes, ignorando sin culpa el Evangelio de Cristo y su Iglesia, buscan a Dios con un corazón sincero y se esfuerzan, bajo el influjo de la gracia, en cumplir con obras su voluntad, conocida mediante el juicio de la conciencia”.

Gillick desarrolla los conceptos de ignorancia vencible e invencible, referidos a la responsabilidad -o su ausencia- en el desconocimiento de la fe y la formación de la conciencia, que recoge el Catecismo de la Iglesia Católica en los cánones 1790-1793:

  • 1791 Esta ignorancia puede con frecuencia ser imputada a la responsabilidad personal. Así sucede “cuando el hombre no se preocupa de buscar la verdad y el bien y, poco a poco, por el hábito del pecado, la conciencia se queda casi ciega” (GS 16). En estos casos, la persona es culpable del mal que comete.
  • 1793 Si por el contrario, la ignorancia es invencible, o el juicio erróneo sin responsabilidad del sujeto moral, el mal cometido por la persona no puede serle imputado. Pero no deja de ser un mal, una privación, un desorden. Por tanto, es preciso trabajar por corregir la conciencia moral de sus errores.

Partiendo de estos conceptos, Gillick expone cómo siempre existe el peligro de “exagerar la posibilidad de salvación” para aquellos que tienen una “ignorancia invencible”, lo que a su vez “puede llevar a quitar importancia a la necesidad de Jesucristo y la Iglesia, y a la tentación de pensar que es mejor no evangelizarlas”.

La ignorancia invencible, por sí sola, no es suficiente para salvar a alguien, explica, “también es necesario que tengan un deseo implícito de entrar en la Iglesia mediante la búsqueda de Dios de buena fe. Pero incluso entonces, debemos desear su conversión y su comunión plena. ¿Por qué?”.

Estos son los 4 argumentos y casos del catequista para seguir evangelizando:

1º No toda la ignorancia es invencible

Según Gillick, “hay quienes son moralmente culpables por permanecer fuera de la Iglesia”, pues “pueden saber lo suficiente como para haber lidiado con las verdades de la fe y, sin embargo, no se comprometen con ella”. Puede ser debido a la presión familiar o la aprobación social, al apego al pecado a las preferencias personales o estéticas… Pero la conclusión es la misma: “Esas personas necesitan ser evangelizadas”.

2º Aunque no sean culpables, siguen siendo “víctimas fáciles” de la tentación

También recuerda que quienes viven al margen de la verdad de Cristo y de la Iglesia, con o sin culpa, son más susceptibles a los engaños de Satanás, especialmente los de la excesiva confianza en la razón humana, el deseo de riquezas y placeres materiales, la ceguera espiritual ante la virtud o la desesperación.

Por eso, Gillick recuerda que el diablo también persigue y que por ello “no es misericordia negarles la esperanza y los poderes fortalecedores de la Revelación y de la gracia sacramental”. Sin la enseñanza moral completa de Dios, quienes viven fuera de la Iglesia “son más propensos a la esclavitud de las pasiones debido a errores y omisiones sobre la moralidad que mantienen”. Y ellos, dice, “pueden verse llevados a la desesperación debido a que no conocen la misericordia que viene de Jesucristo a través de Su Iglesia en sacramentos como el bautismo y la confesión”.

3º Aunque vaya a ser salvado, podría pasar más tiempo en el purgatorio

Poniéndose en todos los casos, Gillick también se pone en la piel incluso de quien, viviendo de buena fe y con más facilidad de ser salvado, pueda tener que experimentar un mayor periodo de tiempo en el purgatorio y que podría haber evitado de no carecer de los medios para mitigar el castigo.

“Pensemos en las indulgencias, la asistencia devota a la Santa Misa, el uso del agua bendita, las oraciones de los fieles... Hacemos todo lo posible para reducir o evitar el sufrimiento terrenal, y nos esforzamos por ayudar a otros a evitar el sufrimiento también en esta vida. ¡Cuánto más debemos hacer para ayudar a otros a evitar el sufrimiento en la otra vida!”, advierte.

4º Mayores frutos en su propia vida y en la de la Iglesia

En último lugar, incluso si hipotéticamente todo ignorante invencible se salvase sin excepción y con un mínimo periodo de tiempo en el purgatorio, Gillick alude a un argumento del bien común para seguir tratando de evangelizarles.

Como católicos, dice, “sus vidas darían mayores frutos para el Reino de Dios y Su gloria. Debemos querer que todos sean católicos para que Dios sea glorificado y que Su Reino avance en la Tierra. Estas consideraciones deben llenarnos de gratitud y amor a Dios por darnos la fe católica por Su propio amor”.

“Conocer plenamente a Cristo en la Iglesia que Él fundó es saber quiénes somos realmente. Significa liberarnos de nuestros pecados y del castigo que se merecen. Significa conocer la verdad con certeza para poder tomar mejores decisiones sobre nuestra vida en nuestro camino hacia Dios. Significa tener todos los medios de gracia disponibles para fortalecernos para ser santos y hacer esto posible. ¡Compartamos ese amor con los demás y evangelicemos!”, concluye.

Fuente: ReligiónenLibertad