El Papa Francisco explicó que Jesús nos enseña que el criterio para juzgar la historia y su drama, así como la vida de cada uno, es el amor; y precisó que “el que ama vive, el que odia muere”.
El Papa Francisco en el Ángelus de este domingo en el Vaticano Crédito: Vatican News. Dominio público |
Estos
ancianos contemplan al Niño Jesús, llevado al templo por San José y la Virgen
María, como era la costumbre tras 40 días después del nacimiento. Y Simeón,
resaltó el Papa, llama a Jesús de tres maneras: “Jesús es salvación; Jesús es
luz; Jesús es signo de contradicción”.
El
anciano ve al Niño y afirma: “Mis ojos han visto tu salvación, preparada por ti
ante todos los pueblos”, porque “en Jesús habita toda la plenitud de Dios”.
Simeón también dice que Jesús es “luz para iluminar a las naciones”, una luz
que redimirá al mundo “de las tinieblas del mal, del dolor y de la muerte”.
Jesús
es también signo de contradicción “para que se revelen los pensamientos de
muchos corazones”. En ese sentido, resaltó el Papa, “Jesús revela el criterio
para juzgar toda la historia y su drama, y también la vida de cada uno de
nosotros. ¿Y cuál es el criterio? El amor, el que ama vive, el que odia muere”.
Para
concluir, el Santo Padre animó a hacerse estas preguntas: “Yo, tú ¿qué espero
de mi vida? ¿Cuál es mi gran esperanza? ¿Anhela mi corazón ver el rostro del
Señor? ¿Espero la manifestación de su plan de salvación para la humanidad?”.
“Oremos juntos a María, nuestra Madre purísima, para que nos acompañe a
través de las luces y sombras de la historia, que nos acompañe siempre al
encuentro con el Señor”, concluyó el Papa Francisco.
Por Walter Sánchez
Silva
Fuente: ACI