7 JÓVENES CATÓLICOS DE LA “GENERACIÓN X” EN CAMINO A LOS ALTARES

Además de algunos jóvenes millennials que hoy están en camino a los altares, también hay miembros de la Generación X —nacidos entre 1965 y 1981— que, pese a su corta vida, dejaron un profundo legado de fe y siguen siendo ejemplo de santidad para nuevas generaciones.

Fila superior de izq. a der.: Niña Ruiz Abad, Marcelo Henrique Câmara,
Hna. Cecilia María de la Santa Faz. Fila inferior de izq. a der.:
Víctor Manuel Schiavoni, Chiara Badano, Rebeca Rocamora. | Crédito: Cortesía
A continuación te presentamos a algunos de ellos en proceso de beatificación (y algunos ya declarados beatos).

1. Niña Ruiz Abad

Niña Ruiz-Abad nació el 31 de octubre de 1979 en Quezon City, Filipinas, y desde pequeña mostró una profunda fe. Criada junto a su hermana Mary Anne, perdió a su padre a los tres años y, en 1988, se mudó con su madre a Sarrat, Ilocos Norte.

Su vida estuvo marcada por repartir rosarios, biblias e imágenes de santos, y amaba especialmente la Eucaristía. A los 10 años fue diagnosticada con miocardiopatía hipertrófica, una enfermedad cardíaca que llevó con serenidad y alegría hasta su muerte el 16 de agosto de 1993, a los 13 años, tras sufrir un paro cardíaco en la escuela. 

Su tumba en Sarrat se ha convertido en un lugar de peregrinación.

El 16 de marzo de 2024, el Vaticano otorgó el nihil obstat (n.d.r. nada impide), para la apertura de su causa de beatificación. Con este reconocimiento, Niña es ahora considerada “Sierva de Dios”. 

El 10 de marzo de 2024, el Dicasterio para las Causas de los Santos autorizó la apertura de la causa de beatificación. Si su proceso avanza y se reconocen milagros atribuidos a su intercesión, podría convertirse en una de las santas más jóvenes de la historia de la Iglesia Católica.

2. Marcelo Henrique Câmara

Marcelo Henrique Câmara nació el 26 de junio de 1979 en Florianópolis, Brasil. Fue un joven brillante y comprometido con su fe, graduado en Derecho y que trabajó como fiscal estatal. Su conversión se dio en un retiro de Emaús. 

Fue catequista, ministro extraordinario de la Eucaristía y miembro del Opus Dei, encontrando en la espiritualidad de San Josemaría Escrivá la clave para santificarse en la vida cotidiana. A pesar de ser diagnosticado con leucemia, ofreció su sufrimiento con alegría y esperanza, hasta su fallecimiento el 20 de marzo de 2008, a los 28 años.

El proceso de beatificación de Marcelo comenzó oficialmente el 8 de marzo de 2020, cuando el Dicasterio de las Causas de los Santos otorgó el nihil obstat a la Arquidiócesis de Florianópolis para investigar su causa. 

El postulador de su causa, el P. Vitor Galdino Feller, destacó que Marcelo es un testimonio de que la santidad es posible en la juventud y un ejemplo para quienes buscan vivir la fe en medio del mundo.

3. Hna. Cecilia María de la Santa Faz

La Hermana Cecilia María de la Santa Faz nació el 5 de diciembre de 1973 en San Martín de los Andes, Neuquén, Argentina. Ingresó a los Carmelitas Descalzas de Santa Fe a los 24 años, realizó sus primeros votos a los 26 y consumó su profesión perpetua en 2003.

Enfermera de profesión y violinista, se destacó por su alegría y permanente sonrisa, incluso durante su lucha contra un cáncer de lengua con metástasis pulmonar. Durante ese tiempo duro, no dejó de rezar y ofrecer sus sufrimientos, convencida de que estaba cerca de su encuentro con Dios. Falleció en Buenos Aires en la madrugada del 23 de junio de 2016.

En enero de 2025, el Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz (Argentina), Mons. Sergio Fenoy, decretó el inicio de la Causa de Beatificación y Canonización.

En 2024, al firmar el edicto para iniciar el proceso previo a la Causa, el prelado destacó el testimonio de la religiosa de “amor y confianza en Jesucristo, aún en medio de las pruebas más duras”, asegurando que “ha despertado en muchos corazones el deseo de un mayor compromiso de vida cristiana”.

4. Rebeca Rocamora

Rebeca Rocamora fue una joven catequista de Granja de Rocamora (España), reconocida por su fe, alegría y entrega a los demás a pesar de la dura enfermedad que la acompañó desde pequeña. 

Nacida en 1975, se destacó por su inocencia y vitalidad, y aún al enfrentar una grave dolencia que comenzó a manifestarse a los 10 años, nunca perdió la fe. Su vida se convirtió en un testimonio de humildad y caridad, dejando una huella imborrable en familiares, amigos y vecinos. Su ejemplo de santidad y fortaleza se vio coronado en el solemne contexto de Pentecostés, cuando falleció a los 20 años.

El proceso de canonización de Rebeca, iniciado en 2009 por el entonces Obispo de Orihuela-Alicante, Mons. Rafael Palmero, ha avanzado de manera significativa. Tras culminar la fase diocesana, se recopiló exhaustivamente la documentación sobre su vida, virtudes heroicas, fama de santidad y signos de milagros. 

Actualmente, estos documentos se han enviado al Dicasterio de las Causas de los Santos, marcando el siguiente paso en su camino hacia los altares.  

5. Chiara “Luce” Badano

Chiara “Luce” Badano (1971-1990) fue una joven italiana reconocida por su testimonio de amor y fe en medio del sufrimiento. Miembro del movimiento de los Focolares, desde pequeña mostró una profunda vida de oración y un gran compromiso con la caridad. A los 16 años fue diagnosticada con osteosarcoma, una enfermedad que ofreció a Dios, rechazando la morfina para mantenerse lúcida en la oración. 

En sus últimos meses, dedicó su tiempo a ayudar a los demás y llegó a donar sus córneas para que otros pudieran ver. Su vida, marcada por la alegría, ha inspirado a miles de jóvenes en el mundo.

Chiara fue beatificada el 25 de septiembre de 2010 en una ceremonia celebrada en Roma con la participación de miles de jóvenes de diversos países. Es la primera beata del movimiento de los Focolares.   

6. Víctor Manuel Schiavoni 

Víctor Schiavoni nació el 24 de noviembre de 1977 en el departamento argentino de Nogoyá. A los 14 años, se trasladó a Paraná para completar sus estudios en el Seminario Menor Nuestra Señora del Cenáculo. 

Con una profunda vocación religiosa, buscó la vida contemplativa y se encomendó a la Virgen María para discernir su llamado. Durante una peregrinación a Luján en 1995, manifestó su deseo de ofrecer su vida a la Virgen. Poco después, comenzó a experimentar dolores en el cuello, lo que llevó a su diagnóstico de leucemia. A pesar del sufrimiento, aceptó su enfermedad con serenidad, afirmando: “Si la Virgen me lo manda, yo lo acepto, no me voy a quejar”.

Durante su internamiento, Víctor se distinguió por su alegría, paciencia y generosidad, priorizando siempre el bienestar de los demás. Enfrentó su enfermedad sin quejas, y mantuvo una profunda vida de oración. El 7 de septiembre de 1995, con 17 años, falleció dejando un testimonio de fe que impactó a quienes lo conocieron. 

Su deseo de ser sepultado con el alba de seminarista reflejó su convicción de haber respondido a su llamado vocacional. Su legado inspiró la apertura de su causa de beatificación, anunciada el 8 de mayo de 2023 por la Arquidiócesis de Paraná.

7. Carlos Rodolfo Yaryez

Carlos Rodolfo Yaryez nació en Paraná el 29 de marzo de 1966, en el seno de una familia cristiana que marcó su camino. Su vida estuvo caracterizada por una búsqueda constante de Dios, que lo llevó a involucrarse en la Acción Católica Argentina, donde destacó por su compromiso apostólico y su liderazgo juvenil. 

Su testimonio de fe se hizo aún más evidente cuando, tras ser diagnosticado con leucemia, asumió su enfermedad con profunda confianza en la voluntad de Dios. A lo largo de su vida, cultivó una intensa espiritualidad basada en la Eucaristía, la adoración y la devoción a la Virgen María. Falleció el 30 de octubre de 1990, dejando una huella de santidad.

El 8 de mayo de 2023, la Arquidiócesis de Paraná anunció la apertura de su causa de beatificación, reconociendo su testimonio de entrega y amor cristiano. Su memoria sigue viva en los lugares donde dejó su legado, como la sede de la Acción Católica y el Hospital San Martín, donde se han colocado placas en su honor.  

Por Diego López Marina