POR QUÉ EL ABORTO Y LA ANTICONCEPCIÓN SON “FRUTOS DEL MISMO ÁRBOL”

San Juan Pablo II consideraba que el aborto y la anticoncepción provenían de la misma fuente y a menudo surgían de una visión similar de la “libertad”

Shutterstock

Cuando se discuten cuestiones provida, el aborto suele considerarse como la ofensa más grave contra la dignidad de la persona humana.

El aborto es sin duda un asunto muy serio, ya que implica matar a un feto antes de que dé su primer aliento.

Sin embargo, no todas las formas de anticoncepción están tan lejos del aborto, ya que parten de un punto de vista similar.

Frutos del mismo árbol

San Juan Pablo II escribió extensamente sobre el aborto y la contracepción en su encíclica Evangelium Vitae , explicando por qué son similares:

[A] pesar de la diferencia de naturaleza y de gravedad moral, la contracepción y el aborto están a menudo íntimamente relacionados, como frutos del mismo árbol. Es verdad que en muchos casos la contracepción e incluso el aborto se practican bajo la presión de dificultades de la vida real, que sin embargo nunca pueden eximir del esfuerzo por observar plenamente la ley de Dios. 

Luego continúa escribiendo sobre el punto de vista subyacente que puede influir en una persona para usar anticonceptivos o realizarse un aborto:

En muchos otros casos, estas prácticas tienen su raíz en una mentalidad hedonista que no quiere aceptar responsabilidades en materia de sexualidad e implican una concepción egocéntrica de la libertad que considera la procreación como un obstáculo a la realización personal. La vida que podría nacer de un encuentro sexual se convierte así en un enemigo que hay que evitar a toda costa y el aborto se convierte en la única respuesta decisiva posible a la anticoncepción fallida.

Además, los métodos modernos de anticoncepción química pueden en realidad actuar como abortos:

Cada vez es más evidente la estrecha relación que existe, en la mentalidad, entre la práctica de la contracepción y la del aborto. Lo demuestra de modo alarmante el desarrollo de productos químicos, dispositivos intrauterinos y vacunas que, distribuidos con la misma facilidad que los anticonceptivos, actúan en realidad como abortivos en las primeras fases del desarrollo de la vida del nuevo ser humano. 

El aborto y la anticoncepción pueden funcionar de manera diferente, pero comparten el mismo deseo fundamental de evitar la responsabilidad del acto sexual.

Philip Kosloski

Fuente: Aleteia