Búsqueda y captura
Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Una de nuestras
mayores vino a pedirme auxilio. Resulta que había perdido el teléfono, el
pequeño inalámbrico que usamos para estar localizadas entre nosotras.
-No te
preocupes, que de casa no ha salido -bromeé. Es la ventaja de ser de clausura;
el problema es el tamaño de “la casa”…
Pero la
búsqueda resultó ser lo más sencillo del mundo: fui recorriendo las distintas
estancias, llamando a la vez al teléfono de esta hermana. Si abría una puerta y
había silencio, no hacía falta rebuscar: ¡era seguro que ahí no estaba!
Lo realmente
difícil es encontrar algo que no canta, como un libro o unas gafas… pero
localizar este teléfono, que pedía auxilio a gritos, ¡fue coser y cantar!
Esto mismo es
lo que nos sucede a nosotros: también podemos “perdernos”, meter la pata, no
saber qué camino elegir… Pero, a diferencia de los objetos (como las gafas o el
teléfono) en nuestra mano está decidir pedir ayuda o tratar de resolverlo en
silencio.
Cuando clamas
al Señor, cuando le manifiestas que necesitas Su ayuda, ¡tu corazón está atento
para descubrirLe y seguir Sus indicaciones! Pero, si no es así, ¡tu silencio no
hará que Él desista de encontrarte!
Cuando pierdes
algo valioso, algo tuyo, ¡lo buscas aunque sea difícil! Del mismo modo, el
Resucitado sale a nuestro encuentro de mil modos, no se cansa de llamarnos, y,
respondamos o no, seguirá nuestro rastro hasta el final. Es su promesa: “Yo
mismo apacentaré mis ovejas y las haré reposar —oráculo del Señor Dios—.
Buscaré la oveja perdida, recogeré a la descarriada; vendaré a las heridas” (Ez
34, 15-16).
No nos dejará
ni nos abandonará… ¡porque somos muy valiosos para Él!
Hoy el reto del
amor es facilitar la búsqueda al Señor. Te invito a que hoy seas ese teléfono
que sabe alzar la voz para avisar cuando se siente perdido, cuando duda en una
decisión, cuando le falla la batería del amor. Que hoy tu corazón esté atento:
cuando pedimos ayuda, ¡Jesús siempre responde, porque vive atento a tu sonido,
querido teléfono!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
29 octubre 2024
Fuente: Dominicas de Lerma