Sara Racey-Batraville tenía 24 años cuando cruzó las puertas de America's Next Top Model, un famoso reality estadounidense iniciado en 2003 que brinda a las modelos participantes la posibilidad de obtener el título homónimo y comenzar su carrera en la industria de la moda.
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Sara Racey-Batraville. Dominio público |
"Ganaba mucho dinero y al mismo
tiempo era miserable. Era muy infeliz", relató. "Cuando entré en
la industria del modelaje después de America's Next Top Model, uno pensaría que
mi autoestima florecería, pero no fue así. Durante muchos años fui la joven que
dudaba de sí misma, que no
tenía confianza y que siempre encontraba sus defectos en lugar de sus
dones", admitió en otra ocasión a Bold
Journey.
Su
vida cambió drásticamente cuando presenció el tiroteo de Virginia Tech en televisión. Aún hoy se
recuerda al episodio como el mayor ataque a una universidad en los Estados
Unidos. Sucedió el 16 de abril de 2007, en el Instituto Politécnico y
Universidad Estatal de Virginia (conocido como Virginia Tech), donde el
estudiante surcoreano Seung-Hui Cho asesinó a 32 alumnos y profesores, siendo él abatido, además
de otros 29 heridos.
"Fue como si algo me golpeara en la
cara. Fue como, 'Despierta'", recuerda la joven, que inmediatamente
corrió y buscó su iglesia católica en las Páginas Amarillas, encontrando la
Iglesia Católica del Santísimo Sacramento en el Upper West Side de Manhattan.
"Algo
me decía: 'Ve a buscar una
iglesia. Vuelve a casa'. Empecé a volver a Misa justo después de eso",
explica.
La
exmodelo subraya que el drástico
cambio que se sucedió en su vida tras la masacre. Tiempo después, supo
que su madre estaba tan desesperada por ella que la consagró a la Virgen María, pidiendo su ayuda.
"Mi madre tenía tanto miedo por mí...
Me dijo: 'Te consagré a la Virgen María y recé por ti todos los días. Lo deje
en sus manos'", explica Racey. "Cuando las cosas empezaron a cambiar,
y le dije que estaba volviendo a misa y que mi vida estaba cambiando, ella me
dijo: '¿Sabes? funcionó.'"
Actualmente
está casada, tiene un
hijo y dirige una iniciativa católica en Arizona. También se dedica a la
fotografía, retratando a multitud de personas marcadas por la inseguridad y
falta de confianza. Uno de sus mejores recuerdos es el de impedir que sufran lo
que ella vivió, hacerles sentir especiales y decirles: "El 90 % de lo que
nos impide ir tras las cosas viene del miedo a lo que otras personas pensarán
de nosotros. ¡Déjalo ir! ¡Deshazte
de eso! ¿Por qué te importaría? ¡Esta es TU preciosa vida dada por Dios!".
Fuente: ReL