El cardenal secretario de Estado intervino como observador en la conferencia para una solución en el país del este de Europa, que concluyó este 16 de junio en Suiza
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Sus
palabras incluyeron un llamamiento al "diálogo entre las partes", así
como al "respeto del derecho internacional" y de "la soberanía
de cada país". El cardenal también hizo un enérgico llamamiento a la
protección de los niños y los prisioneros "tanto civiles como
militares".
"El
único medio capaz de alcanzar una paz verdadera, estable y justa es el diálogo
entre todas las partes implicadas": lo reiteró con firmeza el cardenal
secretario de Estado, Pietro Parolin, al intervenir ayer, 16 de junio, como
observador, en la cumbre de alto nivel sobre la paz para Ucrania, que se
celebró durante dos días en Bürgenstock (Suiza). En nombre del Papa Francisco,
el cardenal confirmó su cercanía "al atormentado pueblo ucraniano",
recordando el "compromiso constante" del Pontífice "en favor de
la paz".
Prestar
asistencia y ayudar a la mediación
En
el centro del discurso del Secretario de Estado estuvo su aliento a la
comunidad internacional para que "explore las vías para prestar asistencia
y ayudar a la mediación, ya sea de carácter humanitario o político", con
la esperanza de que "el esfuerzo diplomático promovido por Ucrania y
apoyado por tantos países se perfeccione, para alcanzar los resultados que las
víctimas merecen y que el mundo entero espera". Al mismo tiempo, Parolin
subrayó que la Santa Sede sigue comprometida a "mantener un contacto constante
con las autoridades ucranianas y rusas", dispuesta también a ayudar en la
realización de "posibles iniciativas de mediación" que sean
aceptables "para ambas partes" implicadas y que beneficien "a
los afectados".
Nunca
resignarse a la guerra
A
continuación, el cardenal expresó su aprecio por la cumbre, calificándola de
"acontecimiento de importancia mundial", preparado "con
esmero" por Ucrania, un país que, por un lado, dedica "enormes
esfuerzos a defenderse de la agresión", pero que, por otro, sigue
trabajando "en el frente diplomático" por "una paz justa y
duradera". Y es que, ante "la guerra y sus trágicas consecuencias, es
importante no resignarse nunca", señaló el Secretario de Estado,
"sino seguir buscando vías para poner fin al conflicto", haciendo uso
de "las buenas intenciones, la confianza y la creatividad".
Respeto
del derecho internacional
En
su discurso, el cardenal también se detuvo en el "respeto del derecho
internacional", reiterando "la vigencia del principio fundamental del
respeto a la soberanía de cada país y a la integridad de su territorio".
La
repatriación de los niños es imperativa
La
reflexión del Secretario de Estado se centró después en la cuestión de la
repatriación de los niños, para la que "se ha creado un mecanismo ad
hoc para resolver casos concretos", tras la visita del cardenal
Matteo Zuppi, como enviado especial del Papa, a Kiev y Moscú. En este sentido,
Parolin definió como "imperativa" la necesidad de "reforzar
todos los canales disponibles para facilitar este proceso", subrayando que
"debe ser una prioridad absoluta", también para evitar
"cualquier instrumentalización" de la situación de los menores.
Preocupación
por los presos civiles y militares
Otra
cuestión crucial, subrayada finalmente por el cardenal, es la de los
prisioneros, "tanto civiles como militares", sobre todo a causa de
los "informes periódicos de incumplimiento de las Convenciones de
Ginebra", especialmente de la Cuarta Convención, que afecta más
directamente a los civiles. En concreto, el cardenal expresó la preocupación de
la Santa Sede por la dificultad de crear, "junto con el Comité
Internacional de la Cruz Roja, una Comisión Médica Mixta que pueda evaluar la
situación de los prisioneros de guerra que necesitan atención médica
urgente".
La
delegación de la Santa Sede
En
Bürgenstock, el cardenal Parolin -invitado conjuntamente por los presidentes de
Suiza y Ucrania, Viola Amherd y Volodymyr Zelensky respectivamente- estuvo
acompañado por el nuncio apostólico en Suiza, monseñor Martin Krebs, y por
monseñor Paul Butnaru, funcionario de la Sección para las Relaciones con los
Estados y las Organizaciones Internacionales de la Secretaría de Estado. En
calidad de observador y siguiendo la práctica de no firmar declaraciones
conjuntas, la delegación de la Santa Sede se abstuvo de firmar el comunicado
final de los trabajos, aunque expresó su apoyo a las conclusiones de la cumbre.
Isabella
Piro - Ciudad del Vaticano
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