En la tarde del viernes, 7 de junio, el Papa Francisco participó en un momento de oración en los Jardines Vaticanos, con ocasión del 10º aniversario de la Invocación por la Paz en Tierra Santa
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ACI Prensa |
En este marco,
y haciendo referencia al conflicto actual entre Israel y Palestina, el Papa
expresó que “la guerra es un fracaso de la política y de la humanidad,
una claudicación vergonzosa, una derrota frente a las fuerzas del mal”.
Hace diez
años, los presidentes de Israel y Palestina —Shimon Peres y Mahmoud
Abbas— se reunieron en el Vaticano,
en un encuentro sin precedentes, junto al Papa Francisco, para rezar por la paz
entre ambas naciones.
Pocas semanas
antes de esta reunión, durante su peregrinación a Tierra Santa en 2014, el
Santo Padre le expresó a ambos líderes su “gran deseo” de que se encontraran
“para realizar un gesto significativo e histórico de diálogo y de paz”. Así
sucedió y, desde entonces, comentó que lleva en su corazón “mucha gratitud al
Señor por aquel día”.
“Hoy, recordar
aquel acontecimiento es importante, especialmente a la luz de lo que
desgraciadamente está sucediendo en Palestina e Israel”, afirmó el Papa
Francisco, y lamentó la muerte de tantos inocentes desde el inicio del
conflicto.
En su discurso
de aniversario, ahondó en las consecuencias de la guerra, señalando que no sólo
afectan a las personas que las sufren de primera mano, sino también a las
generaciones futuras, por el odio y la violencia que desencadena. “Toda guerra
deja al mundo peor que como lo había encontrado”, subrayó el Pontífice.
“Por este
motivo, en lugar de hacernos ilusiones de que la guerra pueda resolver los
problemas y llevar a la paz, debemos ser críticos y vigilantes respecto a una
ideología hoy lamentablemente dominante, según la cual el conflicto, la
violencia y las rupturas son parte del funcionamiento normal de una sociedad”,
destacó.
Asimismo, el
Papa aseguró que reza todos los días por el fin de la guerra en la región, a
pesar de que sea una tarea complicada por los “intereses económicos
partidistas” o los “equilibrios políticos internacionales que buscan una paz
aparente, huyendo de los problemas reales”.
En ese
sentido, llamó a todas las partes a trabajar para construir una paz verdadera:
“¡no dejemos de soñar con la paz y de construir relaciones pacíficas!”,
remarcó. Para el Pontífice, no hay ninguna distinción entre las víctimas de la
guerra, sino que todo el mundo sufre por igual —tanto en Israel como en
Palestina—: cristianos, judíos y musulmanes.
“Pienso en lo
urgente que es que desde los escombros de Gaza se decida por fin parar las
armas y, por eso, pido que haya un alto el fuego”, manifestó. Y remarcó que el
mundo debe promover la coexistencia de ambos Estados y velar por la protección
de Jerusalén, la ciudad de encuentro de las tres religiones, protegida además
por un estatuto especial garantizado internacionalmente.
El Papa
Francisco fue tajante al afirmar que la paz verdadera no se hace “en los
acuerdos sobre el papel” o en las “mesas de los compromisos humanos y
políticos”, sino que surge a partir de “corazones transformados” que han sido
alcanzados por el amor de Dios.
“No puede
haber paz si antes no dejamos que Dios mismo desarme nuestros corazones, para
hacerlos hospitalarios, compasivos y misericordiosos”, señaló.
Por último, el
Pontífice pidió al Señor —Jefe de las Naciones— que los bandos en conflicto
“encuentren el camino de la concordia y de la unidad” y que “todos se
reconozcan como hermanos”.
Además, rezó
por la intercesión de la Santísima Virgen, Reina de la Paz, y concluyó su
intervención repitiendo la misma oración que pronunció junto a los líderes de
ambas naciones hace 10 años.
Por
Andrés Enríquez
Fuente: ACI Prensa