El roce hace el cariño
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
El otro día, al pasar por uno de los claustros, me fijé en una planta que
ha echado flores y que estaba muy bonita. Me acerqué para mirarla de cerca y,
distraídamente, le acaricié las hojas.
Eran unas hojas fuertes, anchas, con el borde lleno de espinas, así que
tuve la precaución de acariciar en la misma dirección de la púa para no
pincharme. ¡Era bonito sentir que las espinas no me hacían nada!
O, al menos, eso fue lo que pensé, porque, poco después, cuando ya estaba
en la capilla, ¡¡los dedos empezaron a arderme!! Era evidente que, con el
simple roce, algo había logrado arañarme, y esos rasguños, por minúsculos que
fueran, ¡escocían de lo lindo!
¡¡Y cuántas veces nos ocurre lo mismo!! Podemos, como con la planta,
admirarnos, querernos, acariciar el corazón, compartir la vida… y, sin querer,
¡hacernos rasguños!
Ciertamente, esto es lo que pasa cuando se vive “de cerca”. Sin embargo,
estos rasguños cierran rápidamente aplicándoles el remedio del perdón, que es
una manifestación aún mayor de amor. Por eso dice el refrán que “el roce hace
el cariño”.
El Señor dice: “Yo sanaré tus heridas” (Jer 30, 17). En efecto, el perdón
(y el amor que de él nace) solo puede venir del Corazón de Cristo, que quiere
regalárnoslo sin medida.
Y esto no solo para las hemorragias grandes, los problemas serios o ciertas
discusiones… ¡¡Él quiere poner el aceite de Su amor en todas tus heridas!!
Quiere curar también los pequeños malentendidos, las confusiones
insignificantes, porque quiere transformar, cada rasguño, ¡en una nueva fuente
de amor y comunión!
Hoy el reto del amor es cuidar los rasguños. El verdadero amor busca cuidar
en todo al otro, ¡desea no hacer ninguna herida, por mínima que sea! Pide al
Señor cuidar así a la persona que tienes a tu lado, y, si a pesar de todo, el
roce provoca algún rasguño en su piel, usa la cura del perdón, ¡aunque sea por
algo pequeño! ¡Conviértelo en una ocasión de amor!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
16 junio
2024
Fuente: Dominicas de Lerma