El Papa Francisco recibió este jueves en el Vaticano a los participantes en la Asamblea Plenaria del
Dicasterio para el Clero, a quienes recordó la importancia de que los
sacerdotes reciban una formación permanente.
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Papa Francisco, Crédito: Elisabeth Alva/ ACI Prensa |
En especial, quiso transmitir su gratitud, afecto y cercanía “a
los sacerdotes y diáconos de todo el mundo”.
“Muchas veces he advertido contra los peligros del clericalismo
y de la mundanidad espiritual, pero soy muy consciente de que la inmensa
mayoría de los sacerdotes trabajan con mucha generosidad y espíritu de fe por
el bien del santo Pueblo de Dios, llevando el peso de tantas fatigas y
afrontando retos pastorales y espirituales que a veces no son fáciles”,
remarcó.
A continuación, el Papa Francisco reflexionó acerca de 3
“ámbitos de atención” que se abordaron durante la Asamblea Plenaria: la formación
permanente de los sacerdotes, la promoción de las vocaciones y el diaconado
permanente.
La formación permanente de los sacerdotes
El Santo Padre subrayó que la formación de los sacerdotes debe
ser continua y recordó que “también el sacerdote es un discípulo en el
seguimiento del Señor y, por tanto, su formación debe ser un camino
permanente”.
Esto es especialmente necesario “si consideramos que hoy vivimos
en un mundo marcado por rápidos cambios, en el que siempre surgen nuevas
preguntas y complejos desafíos a los que responder”.
Por lo tanto, aseguró que “no podemos engañarnos pensando que la
formación en el seminario puede bastar para sentar unas bases seguras”.
El Pontífice señaló además que los sacerdotes están llamados a
“consolidar, fortalecer y desarrollar lo que tenemos en el seminario, en un
camino que nos ayude a madurar en la dimensión humana, a crecer
espiritualmente, a encontrar los lenguajes adecuados para la evangelización y a
profundizar en lo que necesitamos para afrontar adecuadamente las nuevas
cuestiones de nuestro tiempo”.
Asimismo, reiteró que “el camino no se hace sólo” y lamentó los
sacerdotes que no cuentan con “la gracia del acompañamiento, sin ese sentido de
pertenencia que es como un salvavidas en el mar, a menudo tempestuoso, de la
vida personal y pastoral”.
“Tejer una sólida red de relaciones fraternas es una tarea
prioritaria de la formación permanente: el obispo, los sacerdotes entre sí, las
comunidades en relación con sus pastores, los religiosos y religiosas, las asociaciones,
los movimientos: es indispensable que los sacerdotes se sientan en casa”
explicó.
En esta línea, les exhortó a trabajar con creatividad “para que
esta red se fortalezca y ofrezca apoyo a los sacerdotes”.
El cuidado de las vocaciones
El Papa Francisco se refirió a esta tarea como “uno de los
grandes desafíos para el Pueblo de Dios”.
Según precisó, “en cada vez más zonas del mundo, las vocaciones
al ministerio sacerdotal y a la vida consagrada están en fuerte disminución, y
en algunos países casi están desapareciendo”.
También resaltó que la vocación al matrimonio está en crisis,
debido al sentido de compromiso y misión que requiere.
Por eso, explicó que en los últimos Mensajes para la Jornada
Mundial de Oración por las Vocaciones, amplió “la mirada al conjunto de las
vocaciones cristianas” y se dirigió en particular “a esa vocación fundamental
que es el discipulado, como consecuencia del bautismo”.
“No podemos resignarnos a que para tantos jóvenes haya
desaparecido del horizonte la hipótesis de una oferta radical de vida”,
aseveró.
Los invitó por ello a “reactivar esta realidad, de un modo
adecuado a nuestro tiempo, tal vez trabajando en red con las Iglesias locales e
identificando buenas prácticas para hacerlas circular. Es un trabajo
importante”, resaltó.
El diaconado permanente
Por último, el Santo Padre destacó que “aún hoy se plantean a
menudo preguntas sobre la identidad específica del diaconado permanente”.
“Como sabéis, el Informe de Síntesis de la Primera Sesión de la
Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, del pasado mes de
octubre, recomendó llevar a cabo una evaluación de la aplicación del ministerio
diaconal después del Concilio Vaticano II”, recordó.
También comentó que el informe “pide también que, entre las
diversas tareas de los diáconos, se preste una atención más decidida a la
diaconía de la caridad y al servicio de los pobres”.
Para el Papa Francisco, “acompañar estas reflexiones y
desarrollos es una tarea bastante importante” del Dicasterio para el Clero, y
por ello les animó a trabajar y a “desplegar todas las fuerzas necesarias”.
“Trabajad siempre para que el pueblo de Dios tenga
pastores según el corazón de Cristo y crezca en la alegría del discipulado”,
dijo por último el Santo Padre.
Por Almudena Martínez-Bordiú
Fuente: ACI