Hasta el 27 de junio de 2025 la Iglesia celebra un Jubileo del Sagrado Corazón, cumpliéndose 350 años de las revelaciones del Corazón de Jesús a santa Margarita María de Alacoque.
Dominio público |
Valladolid
tiene una relevancia especial por su santuario de la Gran Promesa, donde el
joven beato Bernardo de Hoyos recibió un mensaje
del Sagrado Corazón: "Reinaré en España". Será el lugar de
encuentro de un congreso sobre esta espiritualidad del 6 al 8 de junio en 2025 (más datos aquí).
Una devoción que renueva la fe
"Estamos
celebrando que Valladolid tiene un regalo especial con la cercanía al Corazón de Jesús, regalo a
punto de cumplir 300 años, las revelaciones al beato Bernardo de
Hoyos, regalo de hace 100 años cuando la imagen del Corazón de Jesús fue entronizada en la torre
de la Catedral y desde ahí preside la vida de la Catedral y de la
ciudad. Mi deseo es que lo que el Corazón de Jesús significa como permanente
manantial de vida bautismal y vida eucarística, en definitiva, de amor
misericordioso, sea una fuente de renovación de nuestra iglesia diocesana y de
criterio de discernimiento", afirma el arzobispo.
Recuerda
Argüello que "siendo niño, a la
única cofradía a la que he pertenecido en mi pueblo era la del Corazón de
Jesús, porque mi madre, a la que yo debo la fe, dentro de las
cofradías que había, la
medalla que llevé fue la del Corazón de Jesús y el mes de junio lo
vivíamos con especial fuerza en casa y en la parroquia, también en las capillas
con la imagen del Corazón
de Jesús que se pasaban por las casas".
Valladolid: un enclave especial del
Corazón de Jesús
Sin
embargo, en su vida adulta el joven Argüello pensaba en el Corazón de Jesús
como "una devoción sin demasiada importancia". La cosa cambió cuando
el arzobispo José Delicado adquirió el antiguo seminario de escoceses de Valladolid (los
últimos seminaristas escoceses se fueron en los años 80, alguno es hoy obispo
en Escocia) y lo erigió como un Centro de Espiritualidad del Corazón de Jesús.
Francisco
Cerro, que entonces era un sacerdote de Toledo (y hoy arzobispo
de Toledo) insistieron en la ligazón entre el Centro de Espiritualidad y el
Santuario Basílica de la Gran Promesa, y en "la centralidad de lo que el
Corazón de Jesús significa: el Centro de toda la persona de Cristo y la fuente
de todas las gracias".
"Para
mí el Corazón de Jesús significa que ser cristiano no es llevar una bandera sino la experiencia del encuentro con
Alguien que está vivo y que estando vivo nos ofrece, además, elementos
de su vida carnal, nos ofrece la palabra, la entrega, la herida del Costado.
Significa caer en la cuenta de eso que habíamos estudiado en Teología, que
Jesús vive como hombre, piensa con una razón de hombre, trabaja con manos de
hombre y nos ama con Corazón de hombre", detalla el arzobispo Argüello.
"Como
obispo, estar en la diócesis de Valladolid, que me gusta repetir «diócesis, del
Corazón de Jesús», significa una oportunidad y un renovado anuncio de Jesús en
la Misericordia que brota de su Corazón", añade.
El reinado de Cristo, en corazones y
en las instituciones
"La
imagen que tenemos del Corazón de Jesús para concretar este culto es la imagen
de Cristo Rey y el «Venga tu Reino» en Valladolid tiene que ver con el
«Reinaré» que el Corazón de Cristo le hace escuchar al beato Bernardo de Hoyos.
Todo este contexto de reinado
de Dios y que reina en el corazón, en las relaciones, en las instituciones,
en la tierra y en el tiempo del que formamos parte, yo creo que es una
expresión completa de este culto, que es un culto litúrgico y es un culto
existencial", explica.
A
los sacerdotes les recuerda que se trata de una simbología de Su entrega.
"En la iconografía del Corazón de Jesús tenemos las marcas de la pasión,
de la entrega, con la que el Señor se ofrece como Víctima, como Ofrenda. La
devoción al Corazón de Jesús que se expresa en esta Reparación, en ese «devolver amor al amor que
se nos ha entregado», que tiene unas consecuencias reparadoras para
quien se ofrece y para todo lo que esta persona vive es un ejercicio
sacerdotal", detalla.
Argüello
es una vocación medianamente tardía, durante un tiempo pensó que Dios le
llevaba por "la vivencia de la caridad social y política". Pero luego
notó que tenía una "sensibilidad especial por la reconciliación y la
comunión" y en 1983 entró en el seminario.
Para suscitar vocaciones
Hoy
cree que para suscitar más vocaciones hay que insistir en explicar la vida como un regalo, "don
que se recibe y don que se ofrece. Desde esta base antropológica, se tiene que
suscitar el encuentro con el Señor para ponerse a la escucha y desde la
experiencia de haber sido amados, salvados..."
También
añade que hay que animar a "la
vida adulta", "dejar de hacer elogios al 'juvenilismo' dominante
y ayudar a superar adolescentes de la existencia".
Fuente: ReL