Y TÚ, ¿QUÉ CLASE DE TESTIGO DE CRISTO TE CONSIDERAS?

El testigo, en cualquier caso, debe ser una persona en la que se pueda confiar pues de su testimonio dependerá el curso de los acontecimientos

Lisa-S | Shuttrerstock

Dice la Enciclopedia Católica que un testigo es: “Uno que está presente, da testimonio, provee evidencia o prueba”. Además, añade que “según varias circunstancias, un testigo es uno que está personalmente presente, ve algún acto u ocurrencia y puede dar testimonio de ello”.

La misma enciclopedia acota que se pueden admitir testigos de “oídas”, siempre y cuando se trate de una persona honorable, excluyendo “a todos aquellos de cuya veracidad se pueda sospechar justamente”.

Testigos de Cristo

Hablemos del caso de quienes son cristianos sin nunca haber visto físicamente a Jesús. ¿Qué clase de testimonio pueden dar? Porque de lo que digan y hagan, dependerá que otros crean.

De ello tenemos innumerables ejemplos. Es el caso de todos los mártires que dieron su vida por Cristo, sin haberlo conocido. Sin embargo, entendieron que Él “es el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14, 6) y entregaron su vida con gusto porque, en breve, lo verían cara a cara.

¿Qué clase de testigo eres?

En el mundo somos mil 400 millones de personas que se declaran católicas. Es obvio que no todos hemos sido formados igual y, por la misma razón, no damos el mismo testimonio. De manera muy amplia, podemos encontrarnos entre estos católicos:

1. EL TESTIGO DE CELEBRACIONES FESTIVAS

Es católico pero solo cuando invitan a un evento. Si hay Misa, procura acudir, pero no sabe cómo participar en ella porque en su vida cotidiana asiste nada más “cuando le nace”. Se quedó con lo poco que aprendió en su catequesis infantil y nunca ha recibido cursos de formación cristiana.

2. EL QUE CUMPLE LOS PRECEPTOS AL MÍNIMO

Fue a la catequesis desde niño, hizo sus sacramentos de iniciación cristiana y va a Misa cada ocho días. Alguna vez estuvo en un grupo, pero desistió porque no le atrajo lo que hacían en él. Cumple nada más con lo estrictamente necesario: se confiesa una vez al año, y comulga por la Pascua.

3. EL QUE VA MISA PERO COQUETEA CON LA NUEVA ERA

Va cada ocho días, comulga y se confiesa de vez en cuando, pero no ha profundizado lo suficiente en la doctrina de la Iglesia porque dice que no tiene tiempo para cursos o momentos de formación, por eso usa amuletos, participa en grupos que difunden ideas Nueva Era, lee el horóscopo, declara y decreta al universo, desea “buenas vibras”, etc.

4. EL QUE SE INFORMA POR LAS REDES SOCIALES

Este tipo de católico cree todo lo que lee en las redes sociales sin investigar si la información es cierta o no. Da su opinión sobre cualquier tema de fe basándose en los influencers aunque no sean católicos.

5. EL QUE SE ESFUERZA EN SER COHERENTE

No vive en la era de piedra, busca en Internet información que le nutra, sabe que es muy importante conocer su fe y gusta de asistir a cursos presenciales o en línea, va a Misa los domingos y, cuando puede, también acude entre semana para poder comulgar.

Hace obras de caridad, a veces sencillas, pero significativas; habla con la verdad, es honesto, honrado y cuida sus palabras. Se confiesa seguido, ayuda a quien lo necesita, ama a su familia, predica la paz con su ejemplo, hace oración y no se avergüenza de ser católico.

No es perfecto, por supuesto -¿quién lo es?- pero es un excelente ejemplo a seguir.

Obviamente esta una clasificación muy subjetiva, pues los cristianos en este mundo estamos en una lucha continua contra Satanás y sus tentaciones.

Lo que realmente importa es no desanimarnos y buscar a Dios en todas las circunstancias, relacionándonos personalmente con Él y entendiendo que la vida se trata de convertirnos en nuestra mejor versión del testigo católico que sabe que su felicidad eterna depende de cuánto ame a Dios y a su prójimo.

Mónica Muñoz

Fuente: Aleteia