Hace más de 40 años, el Papa de la Familia fundó el Instituto que opera con una sección en Madrid
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Inauguración del Instituto en Roma, con Juan Pablo II. Dominio público |
Añadía:
"Corresponde también a los cristianos el deber de anunciar con alegría y convicción la «buena nueva»
sobre la familia".
Con
los años, su intuición se ha mostrado certera. Con el aumento de las rupturas
familiares, al cambiar las leyes y hacerse más frágiles los matrimonios, con la
falta de referentes y vínculos de tantos jóvenes, muchas personas no se atreven ya ni a soñar con el amor, con un
matrimonio fiel y para siempre, con crecer unidos, con hijos, abuelos,
parientes.
Muchos
se contentan con tener a alguien "conmigo", "por ahora",
"mientras dure".
Algunos
recuerdan una frase que Sor Lucia de Fátima habría declarado al cardenal Carlo
Caffarra, que "la batalla final entre el Señor y el reino de Satanás será
acerca del matrimonio y de la familia".
Por
eso Juan Pablo II pedía “anunciar
con alegría y convicción la buena nueva sobre la familia". El
amor pleno es posible. Dios lo ha puesto en nuestros corazones, es bello y
fecundo, sana y libera, une a hombres y mujeres, da vida, Dios lo alimenta y
nos acerca a Él.
Anunciar con el testimonio y con formación
¿Cómo
ahondar en esa 'convicción', cómo
entender y anunciar mejor esa buena nueva de la familia? La mejor vía
es siempre el testimonio, pero igualmente necesario es profundizar en la
Palabra de Dios, en la teología y en las ciencias humanas para comprender la
trascendencia del sacramento del matrimonio como concreción del amor trinitario
de Dios para el mundo.
Esta
es la tarea del Pontificio
Instituto Juan Pablo II (https://www.institutojp2.es), con sede
central en Roma y diversas secciones alrededor del mundo.
El
instituto lo fundó Juan Pablo II en octubre de 1982, y el cardenal Caffarra
fue, precisamente, su primer presidente. "Su misión", decretó, es "que la verdad acerca del
matrimonio y la familia pueda ser cada vez mejor investigada científicamente, de
modo que los laicos, religiosos y sacerdotes puedan recibir formación".
En
septiembre de 2017, el Papa Francisco reformuló el Pontificio Instituto Juan
Pablo II con el motu proprio Summa Familiae Cura, "ampliando
su campo de interés, sea por las nuevas dimensiones de la tarea pastoral y de
la misión eclesial, sea en referencia al desarrollo de las ciencias humanas y
de la cultura antropológica en un campo tan fundamental para la cultura de la
vida".
En
la práctica, se
incorporaron más materias y expertos del mundo de las ciencias
humanas: sociología, psicología, antropología, etc... Siempre, detalló,
"con el límpido propósito de permanecer fieles a las enseñanzas de
Cristo", y pidiendo "mirar con intelecto de amor y con sabio
realismo, la realidad de la familia, hoy, en toda su complejidad".
En
España, el Instituto abrió una nueva sede en Madrid sostenida y gestionada por
la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM).
Un centro de estudios en el corazón de
Madrid
Se
trata del único centro de
alta formación dedicado completamente a estudios sobre matrimonio y familia, con
un perfil académico que asegura la posibilidad de ofrecer títulos eclesiásticos
en el ámbito de la ciudad y la archidiócesis.
La
sede del Instituto en Madrid se ubica en el corazón de la capital, a pocos
pasos de la Plaza Mayor, en Plaza Conde de Barajas, número 1. Desde allí ofrece
clases presenciales, y también cursos online, también con sesiones
retransmitidas en directo y con todas las herramientas de apoyo al estudiante
que ofrece la UCAM.
Durante
el curso 2024-2025 se ofertarán los siguientes programas de estudios:
- Diploma de Experto en
Ciencias del Matrimonio y la Familia (60 créditos ECTS, un curso académico):
se trata de uno de los títulos más demandados del Instituto, tanto por alumnos
nacionales como de otros países de habla hispana. Acreditado por la UCAM,
abarca multitud de disciplinas que permiten obtener una visión integral del
matrimonio y la familia bioética, diversas ramas de teología, historia,
psicología, pastoral familiar y diversas materias optativas. Se puede cursar
presencialmente o con clases retransmitidas en directo. No requiere titulación
superior previa.
- Licenciatura en Ciencias del
Matrimonio y la Familia (120 ECTS, dos años): es una licenciatura
eclesiástica, con valor canónico, accesible sin necesidad de estar en posesión
del Bachiller en Teología. Muchos de sus alumnos son médicos, profesores,
psicólogos, profesionales que acompañan a parejas y familias, o padres de
familia que quieren saber más. Combina ciencias sociales (derecho, economía,
política, sociología y psicología) con teología. Se cursa presencialmente en la
céntrica sede del Instituto en Madrid y conduce a la obtención de un título
propio de la UCAM y un título eclesiástico expedido por la Sede Central de
Roma.
Promocionar la familia y poderla
explicar
Desde
el Instituto explican que el objetivo del Instituto es, sobre todo,
"defender la familia cristiana, entenderla, promocionarla y poderla
explicar".
Entre
los alumnos del centro se cuentan profesores, psicólogos o sanitarios que creen
en la belleza de la familia cristiana y que buscan "poner en palabras" lo que creen, intuyen
y viven.
El
tronco de estos cursos es la teología moral del matrimonio y la familia, pero
también hay sociología, bioética, teología del sacramento, derecho, pastoral
para acompañar familias o parejas de forma efectiva, espiritualidad que
profundiza en la transmisión de la fe a los hijos.
El
centro aúna además profesores expertos de diversos carismas, orígenes y
especialidades, lo que contribuye de forma definitiva a enriquecer la
experiencia formativa.
Esta
realidad, tan querida por el Papa santo, late desde el corazón de Madrid abierta a ofrecer
formación de calidad a todas las personas interesadas en profundizar
en el misterio del amor humano y divino que se manifiesta a través del
matrimonio, y de ayudar a laicos,
religiosos y agentes de pastoral que buscan herramientas para
acompañar a las parejas de novios, esposos y familias, ofreciendo respuestas a
los desafíos del mundo actual desde la belleza del Evangelio.
Sancho
Coto Arenero
Fuente: ReL