Como arzobispo de Burgos, Mario
Iceta ya tenía autoridad para abordar el caso de las "clarisas
rebeldes" de Belorado, pero ahora su autoridad queda reforzada y ampliada
al ser nombrado por la Santa Sede comisario pontificio "ad nutum
Sanctae Sedis" de los monasterios de Belorado, Orduña y Derio.
Mario Iceta, con las clarisas de la Federación de Aránzazu, anuncian las medidas para las monjas rebeldes de Belorado - foto Diócesis Burgos |
En
rueda de prensa en el obispado de Burgos, se ha difundido este cargo, a la vez
que se recordaba que con fecha 29 de mayo de 2024 expira el nombramiento de Sor Isabel como abadesa del
Monasterio de Santa Clara de Belorado. Y este día era el acordado previamente
con el delegado episcopal para la vida consagrada para la elección de la nueva
abadesa.
El
pasado 13 de mayo, Sor Isabel, asegurando hablar en nombre de toda su
comunidad, anunció que las religiosas abandonaban formalmente la Iglesia
Católica y se colocaban bajo la jurisdicción de Pablo de Rojas, un hombre
excomulgado que asegura ser obispo.
Para
reencauzar la situación, Iceta, como comisario pontificio, ha anunciado este
miércoles que crea una comisión gestora formada por:
Preocupación por los bienes
La
diócesis y la comisión gestora pedirán la colaboración de un despacho
profesional para administrar los monasterios y sus bienes y se encargará la
realización de una
auditoría y un inventario (esta semana se ha hablado del riesgo de que las
religiosas rebeldes empiecen a vender obras de arte, bien para su
sostenimiento, bien para enriquecer a su controvertido "obispo"
Rojas).
En
una nota, la diócesis advierte que "los monasterios, sus propiedades y bienes son bienes
eclesiásticos y pertenecen a la comunidad como entidad jurídica, no a
sus miembros en cuanto personas físicas. Hay que hacer notar que, si se llegara a decretar la
supresión de los Monasterios, por no poder cumplir lo establecido en la
Instrucción sobre la vida contemplativa (denominada Cor Orans), todos sus bienes quedarían en el ámbito
de la Federación de las Hermanas Clarisas de Nuestra Señora de
Aránzazu, conforme a sus estatutos".
La
diócesis anuncia que en la tarde del martes se remitió un burofax a Sor Isabel
"comunicándole la finalización de su mandato y el nombramiento del
Comisario Pontificio, con efectos inmediatos".
Prohibirán el acceso a Pablo de Rojas y
sus colaboradores
El
arzobispo y la gestora anuncian que prohibirán el acceso a estos monasterios y sus inmuebles a Pablo
de Rojas, a su colaborador-portavoz José Ceacero "y a cualquier
otra persona vinculada a la Pía Unión de San Pablo Apóstol" (nombre de la
controvertida asociación que pretende controlar a las religiosas).
En
una nota, la diócesis afirma que "las hermanas merecen el máximo respeto y
consideración. Transcurrido
un tiempo prudencial, de modo personal, se requerirá que cada una de ellas
exprese su voluntad de continuar o no perteneciendo a la Iglesia
católica".
La
nota detalla que "la renuncia expresa y pública de abandono de la Iglesia católica
las situaría, por decisión libre y personal, al margen de la comunión eclesial.
Ello conlleva el inicio del procedimiento canónico correspondiente. La
consecuencia prevista por el Derecho canónico, en caso de no deponer su
decisión, concluiría con la declaración de excomunión latae sententiae, que
lleva consigo la expulsión de la vida consagrada. Confiamos vivamente
en que no sea necesario llegar a este extremo".
"Es
nuestra preocupación, asimismo, velar por el bienestar de las hermanas mayores.
Tenemos constancia del cuidado esmerado que les ofrecen, aunque nos aflige que no estén recibiendo
la atención espiritual congruente con la fe católica que siempre han
amado y profesado, y será una cuestión prioritaria que habrá que abordar",
añade el comunicado.
La
diócesis ora por la situación, "para que las hermanas reconsideren su
decisión y encuentren el camino de retorno a casa. La Iglesia las espera con
entrañas de misericordia".
Todas
estas medidas se han comunicado también al Nuncio, a las autoridades de
Conferencia Episcopal y a los vecinos obispos de Vitoria y Bilbao.
Inquietud por las religiosas
El
arzobispo, en la rueda de prensa, aclaró que en la tarea de "revertir" la situación "no
tenemos prisa ni hay un timing establecido" y que lo que intentará
es "actuar con prudencia
y delicadeza".
Añadió:
"El interlocutor no tengo por qué ser yo o la madre federal, sino
cualquier otro sacerdote". Por ejemplo, dijo, el vicario diocesano para la vida consagrada tiene una
"relación excelente" con las religiosas y puede ser un buen
puente con ellas.
Sobre
la situación psicológica de las monjas dijo: "No sé concretamente cuál es
su estado ni puedo asegurar un estado cognitivo concreto de cada una de ellas”.
Eso sí, insistió en que "el estado de las monjas es lo que más me ocupa y
me preocupa".
La
superiora de la provincia clarisa, la Madre Javier, declaró que su relación con
la abadesa era muy buena, que eran muy amigas y que no supo nada raro hasta
hace poco, si bien la
relación últimamente se había enfriado "de una manera un poco
extraña". Las clarisas nunca han vivido nada similar en su
provincia.
También
confirmaron que Sor María Amparo, la única religiosa que ha huido del convento
rebelde, está ahora con las clarisas de Vitoria, "tranquila y bien" e
"integrada".
P. J. G.
Fuente: ReL