¿Lluvia?
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al
Señor. Que pases un feliz día.
Tenía un sábado complicado, no me daba tiempo a
ir a regar y habían sido días calurosos. Pedí al Señor que lloviese y me regase
Él el jardín.
Ese día teníamos visita de un grupo que venía a
compartir con nosotras en el locutorio y los ratos de oración en la capilla.
Vinieron al Rosario, sexta… Tenían que ir a comer y, efectivamente, empezó a
llover… ¡Cómo llovía! Todo el grupo agolpado en el atrio de la iglesia
esperando a que descampase un poco.
Pobres… yo pidiendo lluvia. “¡Señor que pare
este rato que se van a mojar!” Habían cambiado las circunstancias y con ello mi
oración cambió, aunque las plantas seguían necesitando agua, ahora me
preocupaba la gente.
“Nunca llueve a gusto de todos” es real,
plantas regadas pero la gente empapada.
Muchas veces nos empeñamos en decir al Señor
qué y cómo tiene que ser el resultado de lo que pedimos, como si de una varita
mágica se tratase. Si no sale, parece que no nos escucha. Y, sin embargo, Él
tiene la perspectiva de todas las circunstancias, de todos los corazones; Su
Mirada y Misericordia abarca todo y a todos.
Jesús siempre responde a tu oración, pero le
podrás ver si no le das la respuesta. Él actúa constantemente e incluso en
aquellas circunstancias que parecen no ser favorables. Tu oración se puede
transformar en la paz que necesitas en este momento, en el consuelo del corazón
por el que oras, en esa persona que pone a tu lado para ayudarte…
Jesús siempre actúa y muchas veces con el
tiempo entenderás que Él manda la lluvia cuando y cómo lo necesitas.
Para esto, es necesario que creas en Su poder,
que le entregues el problema y Él se encargue de la solución. Confía. Porque
Jesús actúa y vence.
Hoy el reto del amor es que dejes que Él mande
la lluvia a tu vida cómo y cuando lo vea conveniente. Entrega al Señor esa
situación que te atasca. Déjate confiado en los brazos de Cristo y se te
mostrará vivo como menos imaginas.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
Fuente: Dominicas de Lerma