La uniformidad mata, la armonía, fruto del Espíritu, hace crecer
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El Papa Francisco recibió en audiencia a los Hijos de la Caridad y
a los Hermanos de San Gabriel. A los primeros les recomendó mirar al
crucificado y las llagas de los pobres, como hizo la fundadora Magdalena de
Canossa, y a los segundos vivir en la escucha y el coraje, con humildad y fe,
siguiendo las enseñanzas del fundador, y custodiar la abigarrada
internacionalidad que caracteriza a la orden. La uniformidad mata, la armonía,
fruto del Espíritu, hace crecer
El Papa Francisco recibió esta
mañana a los Hijos de la Caridad, “Canosianos” y a los Hermanos de San Gabriel
con motivo de la celebración de sus Capítulos y de los aniversarios del
nacimiento de sus fundadores, respectivamente 250 años de Santa Magdalena de Canossa
y 350 años de San Luis María Grignion de Montfort. Releyó su experiencia a la
luz de los tiempos contemporáneos marcados a menudo por "los egoísmos y
particularismos": Las diversidades, afirmó el Pontífice, son dones
preciosos que hay que compartir.
Los Capítulos
generales, eventos sinodales de gracia
A ambas órdenes religiosas, el
Santo Padre les recordó la importancia de los Capítulos, que, citando al beato
Pironio, son acontecimientos "de familia", pero también eclesiales y
acontecimientos "salvíficos", verdaderos "eventos
sinodales" de los que precisó la peculiaridad:
Un Capítulo es un momento de
gracia, que se ha de vivir ante todo en docilidad a la acción del Espíritu
Santo, haciendo memoria agradecida del pasado, prestando atención al presente –
escuchándose unos a otros y leyendo los signos de los tiempos (cf. Gaudium et
spes, 4) – y mirando hacia el futuro con un corazón abierto y confiado, para
una verificación y renovación personal y comunitaria, es decir, pasado,
presente, futuro, entran en un Capítulo, para recordar, evaluar y avanzar en el
desarrollo de la Congregación.
Los religiosos no
son bomberos
El Papa Francisco pronunció una
de sus elocuentes frases para subrayar su mensaje, haciéndolo a la luz del tema
elegido por los Canosianos para su discernimiento: "El que no arde, no se
incendia".
“Me entristece ver a religiosos
que parecen más bomberos que hombres y mujeres con ardor para incendiar. Por
favor, bomberos no; ya tenemos muchos”
Mirada al
Crucificado y brazos abiertos hacia los últimos
Recordando que los Canosianos
están presentes en siete países con miembros de diez nacionalidades, y que son
asistidos por las hermanas Canosianas con una realidad laical cada vez más
activa e implicada (un aspecto, este último, de la implicación de los laicos en
un instituto, considerado muy importante por el Pontífice que, de hecho, lo
subrayó hablando espontáneamente), los exhortó a mirar la valentía de la
fundadora que trabajó "en un mundo no menos difícil que el nuestro",
para "hacer conocer y amar a Jesús, que no es amado porque no es
conocido".
Santa Magdalena les mostró cómo
se superan las dificultades: con los ojos vueltos hacia el Crucificado y los
brazos abiertos hacia los últimos, los pequeños, los pobres y los enfermos,
para cuidar, educar y servir a sus hermanos con alegría y sencillez. Cuando el
camino se torne difícil, hagan como ella: miren a Jesús Crucificado y miren los
ojos y las heridas de los pobres, y verán que poco a poco las respuestas se
abrirán paso en sus corazones cada vez con mayor claridad.
Actuar con valentía
En el Capítulo, los religiosos de
San Gabriel reflexionan sobre el tema "Escuchar y actuar con
valentía". Y sobre estas palabras se detuvo el Papa, subrayando en
particular de qué valentía se habla: "Esa parresía apostólica". Es la
valentía "que leemos, por ejemplo, en el libro de los Hechos de los
Apóstoles. Esa valentía. Y ahí está el Espíritu para darnos esa valentía y
debemos pedirla".
Son dos actitudes – la escucha y
la valentía – que requieren humildad y fe, y que reflejan bien el espíritu y la
acción de San Luis María y del padre Deshayes, que también les han dejado un
valioso tríptico como brújula para sus decisiones: "Dios solo", la
"Cruz" – esculpida en su corazón – y "María". "Sólo
Dios", la "Cruz" – esculpida en su corazón – y
"María".
La
internacionalidad hace bien al apostolado
Los hermanos de San Gabriel son
más de mil religiosos, comprometidos en la pastoral, la promoción humana y
social y la educación –especialmente en favor de los ciegos y sordomudos – en
treinta y cuatro países. El Papa repitió a continuación que es el Espíritu
Santo quien crea la armonía, porque es su "maestro". E insistió,
hablando espontáneamente: "La uniformidad en un instituto religioso, en
una diócesis, en un grupo de laicos, ¡mata! La diversidad en armonía hace
crecer. No se olviden de esto. Diversidad en armonía". De ahí la
invitación a ser profetas de la acogida y la integración:
La Providencia les ha concedido
también la riqueza de una variada internacionalidad: será muy buena para su
crecimiento y su apostolado si saben vivirla acogiendo y compartiendo
constructivamente la diversidad entre ustedes y con todos.
Antonella Palermo – Ciudad del
Vaticano
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