Con los nuevos estatutos, sus miembros tendrán que elegir, probablemente en esta primavera, al nuevo responsable nacional
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Jesús Carrascosa, responsable en España de Comunión y Liberación. Dominio público |
Tres palabras para comunicar que el responsable de Comunión y Liberación en España, Jesús Carrascosa, acababa de fallecer. A los ochenta y cuatro años, quien desde junio de 2022 había asumido las riendas de esta realidad eclesial, a la que el Señor, porque la ama, la prueba a fondo, dejaba este mundo para darse un abrazo vallecano, fuerte, directo, al grano, con el Cristo Liberador que dio sentido a su existencia.
El mito fundacional
Jesús
Carrascosa, nacido el 29 de mayo de 1939, no es sólo quien ha llevado las
riendas de Comunión y Liberación en estos últimos y tormentosos años en España.
Carras es el mito fundacional de este movimiento en España junto con su amigo del alma, José Miguel Oriol. Carras es la superación del mayo del 68 eclesial, quien de trabajar en el almacén de la editorial ZYX, en tiempos de cristianismo militante, obrero, de izquierda infantil, pasó a ser en España la mano, no sé si izquierda o derecha, de don Giussani, y no sólo por estos predios. Y digo que no sé qué mano porque la otra es el bueno de José Miguel Oriol.
Dos libros de referencia
Quienes
no han tenido la oportunidad de conocer personalmente a Jesús Carrascosa, y a
su mujer Ione Echarri- también probada por la enfermedad en estos últimos
tiempos-, porque hablar de Carras es hablar de Ione, como hablar de Oriol es
hablar de Carmina, que habrá recibido a Carras con esa sonrisa y dulzura que la
caracterizaba, tienen como referencia principal dos libros.
El primero, las memorias de los “30 años de
Encuentro” escritas por José Miguel Oriol.
Y,
segundo, la biografía de Alberto Savorana “Luigi Giussani. Su vida”, la
biografía hasta hora de referencia.
Dice
Oriol que, junto a él, firmaron tres personas las escrituras de constitución de
la editorial Encuentro el 30 de mayo de 1978. “Jesús Carrascosa (“Carras”), a
quien había conocido en el otoño de 1967 trabajando en el almacén de ZYX, amigo
del alma desde entonce. Con él había compartido ya mil batallas.
Ahora
estaba empezando desde hacia poco tiempo la definitiva: iniciar y extender en
España la experiencia del movimiento cristiano que habíamos conocido en los
últimos años: Comunión y Liberación”.
Líneas después, Oriol da un dato interesante de la vida de Carras que quizá muchos desconozcan. Cuenta que un día fue a ver a otro de los grandes hombres de la historia de la Iglesia, Julián Gómez del Castillo. En la calle Abel 27, cerca de Cuatro Caminos, “saludé por primera vez a un joven jesuita, recién licenciado en Filosofía y estudiante de Teología, que trabajaba en el almacén de libros de la editorial, haciendo paquetes, envíos, etc… Era Jesús Carrascosa”.
Al más puro estilo de don Giussani
Carras y
Ione vivieron en Milán, empapándose de don Giussani y del Movimiento, desde
mayo de 1975 a septiembre de 1977. A su regreso a España, al tiempo que
trabajaba de profesor de religión, se dedicaba a sembrar esta realidad eclesial
por nuestro país. No fueron pocos los alumnos de Carras a los que su forma de
dar clase, en el más puro estilo de don Giussani, con un tinte vallecano,
madrileño, les cambió la vida.
El 1 de
julio de 1995, don Giussani, en el Consejo Nacional de Comunión y Liberación,
leyó un fax de Javier Prades en nombre de los responsables de España:
“Hemos
recibido vuestra carta sobre la importancia de una colaboración más estrecha
entre los responsables españoles e italianos respecto a las misiones del movimiento
en el mundo. Hemos discutido vuestra propuesta sobre el nombre de Carras para
la Guía de la Comisión Internacional, y estamos de acuerdo con ella (…) Para la
Diaconía central de España es un motivo de alegría y de gratitud esta
invitación a colaborar con vosotros en la guía del movimiento”.
Carras es el artífice de la infusión de sangre española en una realidad cuyo cuerpo creció en Italia. Carras, el primer elegido por don Giussani, que muy pronto se había sentido fascinado por lo que aquellos entusiastas españoles, muchos de ellos jóvenes, aportaban a la realidad católica de Comunión y Liberación.
Ante la Curia vaticana
Estancia
en Milán y luego en Roma, a partir del año 2000, como responsable de la sede
del Centro Internacional de Comunión y Liberación, lo que significaba, entre
otras cosas, la embajada de Comunión y Liberación ante la Curia vaticana. Por
su casa romana pasaron no pocos de los protagonistas de la historia de la
Iglesia en nuestro tiempo. Bueno, en el de Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Allí permaneció Carras hasta el 2021 en que regresó a España, en dónde fue elegido responsable para un momento crítico de transición interna.
Elegir al nuevo responsable nacional
Ésta es
la historia. Tiempo pasado. Comunión y Liberación no es sólo pasado, es futuro.
Con los nuevos Estatutos, sus miembros tendrán que elegir, probablemente en
esta primavera, al nuevo responsable nacional.
La
sombra de Carras seguirá presente, al menos para una generación, la
fundacional, para la primera y quizá para la segunda, de esa realidad eclesial
tan mal entendida por algunos y tan novedosa siempre en su propuesta de cómo
vivir el encuentro con Cristo.
JOSÉ
FRANCISCO SERRANO OCEJA
Fuente:
ReligiónConfidencial