EL FRAILE INTELECTUAL DEL CSIC QUE CONFESÓ A SAN JOSEMARÍA Y SALVÓ SU VIDA PORQUE SABÍA ÁRABE
La revista Arbor, del Centro Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC), es la revista científica
multidisciplinar de más longeva edición ininterrumpida que existe en España.
Mons. José López Ortiz, arabista, agustino, obispo. Dominio público
Echó
a andar hace ahora 80 años, de manos de un religioso e intelectual de
trayectoria distinguida.
Su director fundador fue el
fraile agustino José
López Ortiz (San Lorenzo del Escorial, 1898-Madrid, 1992),
que fue vicepresidente del CSIC, obispo de Tuy, arzobispo castrense y durante
un tiempo confesor de San Josemaría Escrivá de Balaguer.
Desde El Escorial, era estudioso del Derecho
musulmán
José
López Ortiz estudió en El Escorial, su pueblo natal, en el gran colegio Alfonso XII, de los agustinos, en cuya
congregación ingresó. Estudió Derecho y después se doctoró en la
Universidad Central con su estudio "La recepción de la escuela malequí
en España" (la tradición malequí es la tradición jurídica
musulmana propia de Marruecos).
Amplió
estudios en Munich, Wurzburgo y Berlín, pensionado por la Junta para Ampliación
de Estudios e Investigaciones Científicas, de 1928 a 1930. En 1934 sacó la
cátedra de Historia del Derecho en la Universidad de Santiago de Compostela.
Hablaba alemán, francés,
inglés, italiano, arameo y árabe (ocho dialectos, dice su sobrino). Se
especializó en Historia del Derecho e Instituciones Musulmanas y fue uno de
los intelectuales jóvenes de la llamada Edad de Plata de la cultura
española, bajo la monarquía de Alfonso XIII, parlamentaria y confesionalmente
católica.
Persecución: a prisión con los otros
agustinos
Su
sobrino, el médico César de Diego López, explicó con detalle en 2007 a la revista Alfa y Omega lo
que sucedió con su tío y otros agustinos cuando llegó a persecución religiosa
de 1936. "Los milicianos
llegaron al monasterio de El Escorial, donde había más de cien frailes, y
los retuvieron en uno de los patios del monasterio cerca de un mes, hasta que
los trasladaron a Madrid. La
mayoría fueron encarcelados en la prisión de San Antón, y otros fueron
confinados en otra prisión. Estos últimos permanecieron con vida, pero los de
San Antón fueron asesinados todos ellos en Paracuellos del Jarama".
Aunque mataron a casi todos los encerrados en San Antón, López Ortiz, que
estuvo allí, se salvó porque autoridades republicanas le sacaron aludiendo a
sus capacidades como arabista.
"Llegó
a oídos de algunas personalidades de la República, y fueron a buscarle a la
cárcel. Allí le dijeron, oficialmente, que le quería ver el ministro de
Educación. En el
Ministerio, le plantearon que tenía que hacer propaganda, en árabe, en el
Marruecos español y en el Marruecos francés. Le llevaron ante el
ministro, y el ministro le dijo lo que quería, y mi tío, que iba con un
pantalón, la correa de agustino por debajo, y en camisa, le dijo: 'Mire usted,
yo así como estoy no puedo ni andar por la calle'. El ministro abrió un cajón,
y le dió 4.000 pesetas, que en aquella época era un dineral, y le dijo:
'Cómprese ropa, búsquese una pensión, y esta tarde recibirá usted instrucciones
aquí'. Mi tío le había dicho al padre Monedero, su superior, que no quería
marcharse, que quería quedarse con su comunidad, y el superior le impuso como obligación que tenía que salvar la
vida", explicaba su sobrino en 2007.
Josefina
Gómez Mendoza, en su libro de 2008 sobre La Junta para Ampliación
de Estudios e Investigaciones Científicas y los académicos de la
historia, detalla que quien hizo sacar de la checa al agustino fue Wenceslao
Roces Suárez, que era subsecretario del Ministerio de Instrucción Pública,
miembro del Partido Comunista de España, co-creador del Partido Comunista en
Madrid y traductor al español del Manifiesto
Comunista de Marx. De 1934 a 1936, Wenceslao Roces estuvo en
la Unión Soviética, volvió con la victoria del Frente Popular en las elecciones
de febrero de 1936. Roces llegaría a ser senador por Asturias, ya en democracia
en los años 70.
Por
su parte, una vez se vio
en las calles de Madrid, López Ortiz se fue a casa de un arabista que le
refugió. Y estuvo allí hasta primeros del año 37. Cuando vio que su
situación era insostenible, pidió que le protegieran en la embajada de Rumanía, donde permaneció refugiado hasta
el final de la Guerra Civil.
La matanza de intelectuales agustinos
En
2007 la Iglesia beatificó en Roma a 498 mártires de esa persecución, incluyendo 98 agustinos (Avelino
Rodríguez y compañeros), de los que 63 fueron fusilados en Paracuellos. Se les
celebra el 6 de noviembre.
Entre los agustinos del Escorial que mataron en Paracuellos esos días, hay numerosos intelectuales y
científicos, ya beatificados, como:
- Arturo García de la Fuente (1902-1936),
bibliotecario de la
Biblioteca Real en El Escorial;
- Sabino Rodrigo (1874-1936), profesor
de Ciencias Naturales;
- Gerardo Gil Leal (1871-1936), impulsor de cooperativas obreras,
mutuas para madres, escuelas nocturnas, etc... ,
- Matías Espeso (1901-1936), que fue superior del Monasterio del
Escorial y profesor de Filosofía;
- Bernardino Álvarez Melcón (1903-1936),
que también fue superior del Monasterio del Escorial y profesor de Derecho y de
Teología;
- Mariano Revilla Rico (1887–1936),
doctor en Teología por la Universidad de La Sapienza, analista de la Biblia
Políglota Complutense, impulsor de la Asociación para el Fomento de los
Estudios Bíblicos en España.
(Lea aquí más casos de científicos católicos asesinados por milicias del
Frente Popular).
Confesor de San Josemaría, profesor de
Álvaro del Portillo
Según
cuenta su sobrino, José López Ortiz conoció a San Josemaría Escrivá, el
fundador del Opus Dei, estudiando en Zaragoza, donde
iba a examinarse. "Mi tío fue, de hecho, uno de los confesores de San Josemaría y de muchos de
los que, entonces, estaban fundando la Obra", comenta el sobrino, don
César.
En
concreto, fue profesor de
Teología Moral del Beato Álvaro del Portillo, José María
Hernández Garnica y José Luis Múzquiz, los tres primeros miembros del Opus Dei,
que se ordenaron en 1944.
¡Intelectual del CSIC y arzobispo
castrense!
En
1939, acabada la guerra, el estado fundó el CSIC, impulsado por científicos e intelectuales
católicos, que se convertiría en la mayor fuente de
investigación científica en España. Cinco años después, nace la revista del CSIC, llamada Arbor
Scientiae (árbol de la ciencia), en homenaje al árbol de
la ciencia del que escribió el beato mallorquín medieval Raimundo Lulio (Ramon Llull), reflexionando sobre las
ciencias humanas. Su
primer director e impulsor fue José López Ortiz.
En 1942 fray José era catedrático en la Universidad Central de Madrid y publicó
estudios sobre la historia del derecho. Esos años fue vicepresidente del CSIC.
En 1944 fue nombrado obispo de
Tuy, en Galicia. Llegaría a participar en el Concilio Vaticano II y en 1969 fue
nombrado arzobispo y vicario general castrense, cargo que ocupó hasta su
renuncia en 1977.
El segundo director de Arbor:
Sánchez de Muniáin, de la ACdP
El
segundo director de la revista Arbor (de 1947 a
1951) fue un católico que ejerció muchos cargos e impulsó iniciativas que aún
hoy existen con fuerza: el
navarro José María Sánchez de Muniáin y Gil de Vidaurre (Roncal, 1909
– Madrid, 1982). Periodista, catedrático, Doctor en Filosofía y Letras, era miembro de la Asociación Católica
de Propagandistas, donde le llamaban "el sacristán de Dios".
Trabajó 3 años en el periódico de la ACdP, El Debate, hasta
1933.
Tras la guerra fue subdirector
de la Biblioteca de Autores Cristianos a raíz de su creación,
consejero del CSIC, subdirector y director de Arbor (octubre de 1946),
presidente de Editorial Católica, presidente del Consejo Académico de la Escuela de Periodismo de la Iglesia (la
primera escuela de Periodismo en España), articulista en diario Ya,
presidente de Acción
Católica y secretario en la Federación de Padres de Familia.
El tercer director de Arbor:
Calvo Serer, del Opus Dei
Le
sucedió al frente de Arbor Rafael
Calvo Serer, quien en los años 70, siendo miembro del Opus Dei,
colaboró con Santiago Carrillo en la restauración democrática española.
En 1936 participaba en el grupo monárquico Acción Española. En 1940 se doctoró en Filosofía y
Letras en Madrid con una tesis sobre el problema de la decadencia
española en Menéndez Pelayo. Dos años después obtuvo la cátedra de Historia y
publicó sus primeros artículos sobre el Renacimiento en la revista Escorial. Estudió
luego Filosofía en
Basilea, Friburgo y Zurich, donde conoció a Don Juan de Borbón (padre
del Rey Juan Carlos I) y se confirmó en su deseo de restaurar la monarquía.
Tras un tiempo como vicedirector del Instituto Español de Londres, al volver a
Madrid el CSIC le encargó
dirigir Arbor. Dirigió
también la colección "Biblioteca del pensamiento actual", de
Ediciones Rialp. En 1949 obtuvo el Premio Nacional de Literatura por su libro 'España, sin
problema'. En 1974 presentó con Santiago Carrillo la plataforma
denominada "Junta Democrática".
Tras
Calvo Serer fue director de Arbor (1953-1956) Jose Mª Otero Navascués,
científico católico perteneciente también como Sánchez Muniain a la Asociación
Católica de Propagandistas, de quien ya hemos hablado aquí en ReL como director
que fue del Instituto de Óptica Daza de Valdés (se llama
así por un óptico y fraile dominico) del CSIC, así como promotor de vocaciones femeninas científicas al
más alto nivel en dicho organismo.
Después dirigiría Arbor (1956-1969) José Ibáñez-Martín, también
de la ACNdP, presidente fundador del CSIC.
El siguiente director fue Pedro
Rocamora Valls (1912-1993), abogado y periodista, también de la ACdP,
que dirigió Arbor desde 1970 hasta
1984. Como joven periodista en 1928 fue de los primeros en escribir sobre San Josemaría Escrivá
de Balaguer.
La revista Arbor en
tiempos recientes
Después
de Pedro Rocamora, y ya en democracia, ha seguido habiendo directores de Arbor católicos
practicantes y científicos.Alfonso Carrascosa (un servidor)
dirigió la revista desde 2014 a 2019. Durante estos años, y con una línea
editorial enfocada al tratamiento multidisciplinar de temas de actualidad
e interés social en un tono de alta divulgación científica, llevada a
cabo priorizando las efemérides señaladas por Naciones Unidas y el gobierno
español como temas a abordar en los monográficos a publicar, más otros de actualidad candente, se
ha conseguido mantener desde 2019 hasta hoy en el ‘top ten’ de artículos
más descargados de toda la historia de la revista a aquellos
pertenecientes precisamente a los publicados de 2014 a 2019.
Artículos como 'Biotecnología Industrial' del
monográfico ‘Biotecnología Española’ tenían 286.000 descargas en mayo de
2023, número de bajadas que superan las que se han realizado en el mismo
periodo en varias revistas del CSIC juntas, y que seguro que alguien mejorará
cuando la revista vuelva a tener un enfoque de actualidad e interés social y a
considerar las efemérides como dignas de interés. En aquella época se
solicitó a Editorial CSIC subir a la web en acceso libre y gratuito todo el fondo de artículos, algo
que parece haber hecho recientemente. Más vale tarde que nunca.
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LO HUMANO Y DIVINO
Dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los ganados y los reptiles de la tierra». Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y mujer los creó. (Génesis, 1,26-27)