El tercer lunes de enero de cada año es señalado como el Blue Monday (Lunes azul), considerado por muchos como el día más triste del año.
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Dominio público |
En
el presente artículo te presentamos cinco santos que pueden ayudarte en la
lucha contra la depresión.
1. San Francisco de Sales
San
Francisco de Sales fue
conocido como el santo de la amabilidad. Cuando era muy joven, comenzó a tener
un pensamiento constante sobre su propia condenación, que lo hacía estar convencido
de que iría al Infierno.
Esta
idea incesante lo llevó a perder el apetito y sufrir noches continuas de
insomnio, lo que repercutió en su salud. San Francisco adelgazó demasiado y se
temía que enloqueciera por la falta de sueño.
Entonces
le pidió a Dios: "No me interesa que me mandes todos los suplicios que
quieras, con tal de que me permitas seguirte amando siempre". En la
iglesia de San Esteban de París, arrodillado ante la imagen de la Virgen,
pronunció la famosa oración de San Bernardo: "Acuérdate, oh piadosísima
Virgen María…" y así logró recuperar milagrosamente la paz interior.
2. Santa Teresita del Niño
Jesús
Santa
Teresa de Lisieux relató
en sus escritos que de niña sufría de una enfermedad que, por los síntomas, se
asemeja a lo que hoy se conoce como depresión. Y allí confesó, además, cómo fue
liberada de este mal gracias a la "Virgen de la Sonrisa".
"13
de mayo de 1883, fiesta de Pentecostés. Sobre la cama, puse mi mirada hacia la
imagen de Nuestra Señora y… de pronto la Santísima Virgen me ha parecido bella,
tan bella que nunca vi algo semejante, su rostro exhalaba una bondad y una
ternura inefables, pero lo que caló hondo en mi alma fue la 'sonrisa
encantadora de la Santísima Virgen'", escribió la santa carmelita.
"En
ese momento se fueron todas mis penas, dos gruesas lágrimas rodaron por mis
mejillas y cayeron por mi rostro, eran lágrimas de pura alegría… ¡Ah! -pensé-,
la Santísima Virgen me sonrió, estoy feliz… (…) Fuera por causa de ella, por
sus intensas oraciones, que tuve la gracia de la sonrisa de la Reina de los
Cielos…", agregó.
3. San Juan de Dios
San Juan de Dios, fundador de la Comunidad de Hermanos
Hospitalarios, dirigió un hospital para los pobres, en el que trabajó
incansablemente por diez años. El santo ayunaba constantemente y se desvelaba
ocupándose de los enfermos, al punto de que sus continuos resfriados
perjudicaron su salud.
Conocido
como patrono de los que trabajan en hospitales, se puede recurrir a él para
pedir su intercesión cuando se padece depresión.
Se
puede encontrar una oración para pedir su intercesión AQUÍ
4. Santa Flora de Beaulieu
Santa Flora de Beaulieu ingresó al convento de
las monjas "hospitalarias" de la Orden de San Juan de
Jerusalén. Desde su ingreso tuvo que afrontar toda clase de pruebas
espirituales.
La
santa comenzó a sufrir un período intenso y prolongado de depresión que afectó
su comportamiento, al punto de enfadar a sus compañeras, quienes insistían en
tratarla como demente.
Sin
embargo, con la ayuda de un confesor comprensivo que creyó en ella, hizo
grandes progresos en la vida espiritual y Dios le concedió las más
extraordinarias gracias místicas.
5. Santa Hildegarda de
Bingen
Santa Hildegarda de Bingen fue una religiosa
benedictina que vivió en el siglo XII y a quien le fueron reveladas las causas
de algunas enfermedades y sus tratamientos.
La
santa no tenía estudios, por lo que siempre manifestó que toda su sabiduría
venía de visiones del Cielo, en las que "una voz viva" le dictaba e
indicaba que cada enfermedad tenía un remedio que ofrecía la naturaleza.
En
base a esas visiones, Santa Hildegarda escribió varios libros de medicina en
los que muestra que el ser humano no está condenado a la enfermedad, sino que
puede evitarla o curarla de una forma natural llevando un modo de vida
coherente.
La
santa alemana descubrió asimismo algunos tratamientos para afrontar dolencias
como la depresión.
Fuente: ACI