Nuestro amanecer
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor.
Que pases un feliz día.
Un día a la semana acompaño a una hermana al
hospital para hacerle pruebas y ajustarle la medicación. A las 7:15h de la
mañana cogemos el autobús y, por lo tanto, cuando salimos del convento es de
noche completamente y noche cerrada; se ve algo gracias a las farolas que hay
por el camino.
En el autobús, me gusta mirar por la ventana
pero la verdad es que veo poco porque está muy oscuro. Sin embargo, a medida
que van pasando los minutos, empieza a amanecer, la noche queda atrás, dando
lugar a la luz de manera suave. Sin darme cuenta, paso de la oscuridad a la
claridad.
Esto que es algo tan cotidiano y tan real,
cuando lo tenemos que vivir en nuestra vida nos cuesta mucho. Cuando vivimos
situaciones de oscuridad en las que no sabemos por dónde caminar, le pedimos al
Señor que nos ilumine y a veces ni siquiera lo entendemos. Pero si somos
pacientes, todo llegará a su tiempo y poco a poco irá apareciendo la luz. A
veces puede tardar hasta años, pero acaba amaneciendo.
Los discípulos de Jesús se impacientaban porque
las cosas no eran inmediatas; querían curar o expulsar demonios y a veces
volvían a Jesús y le decían que no habían podido.
Jesús los miraba con cariño y les decía que
necesitaban ayuno y oración, porque las cosas no son inmediatas. En esta época
que nos ha tocado vivir, estamos sumergidos en la inmediatez, pero en el camino
de la fe, esto no es así. El Señor siempre cocina a fuego lento. Jesús
explicaba a Sus discípulos una y otra vez las parábolas del Reino de Dios. No
dejó que caminaran en la oscuridad o la confusión, con Su palabra iluminaba
para caminar.
Hoy, el reto del amor es poner tu mirada no en
lo inmediato, sino mirar a Cristo y pedirle Su mirada, para que te conceda ver
luz al final del camino.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
01 octubre 2023
Fuente:
Dominicas de Lerma