Estamos tan inmersos en el estilo de vida que llevamos que no nos damos cuenta de lo fácil que sería lograr mejoras concretas en nuestro día a día
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Gorodenkoff | Shutterstock |
Cada nuevo día
que comienza es una oportunidad más de vivir de la mejor manera que podamos; no
obstante, frecuentemente el optimismo y la alegría duran poco y, para el
momento en el que debemos salir de casa, ya estamos estresados, apresurados y
de mal humor.
Las razones
pueden ser muchas. Puede que esto sea el síntoma una situación personal en la
que hay que trabajar, o puede ser que esto sea consecuencia de malos hábitos o
costumbres. Aquí tres vicios matutinos que quizá no sabías que pueden ser
nocivos para ti.
1. CONEXIÓN
ONLINE
Es maravilloso
todo lo que podemos hacer desde nuestros smartphones. El avance
tecnológico y el Internet nos permiten vivir una vida más cómoda y con muchas
oportunidades; sin embargo, controlar su uso representa un reto enorme para
nuestra época.
Si, apenas
despiertas, tomas el teléfono para revisar y controlar el e-mail, Whatsapp,
Instagram, Twitter u otras rede social, podrías estar contectándote a la vida
de los demás -o a tu trabajo- antes que contigo mismo.
Esto hace que
la inundación de cosas externas marque el inicio de la nueva jornada,
convirtiéndola en un flujo sin dirección. El inicio de un nuevo día no debería
ser así. Busca ser el protagonista consciente que comienza la jornada
serenamente con una oración de
agradecimiento o de ofrecimiento, cuidando la higiene y el aspecto
personal, saludando con una sonrisa o con un beso a la familia, haciendo un
desayuno saludable y preparando una jornada de trabajo productiva y
constructiva.
2. NOTICIAS
NEGATIVAS
Lo sabemos: los
medios de comunicación dan prioridad a lo que causa sensación. Y esto, en un
mundo como el nuestro, es todo lo que destruye: desgracias, tragedias, crisis,
problemas, divisiones, peligros, amenazas…
Claramente es
necesario ser consciente de los problemas del mundo (en la medida en la
que sirve para ayudar a resolverlos y no solo para lamentarse), pero el inicio
de la jornada no es el momento más adecuado para esto.
Las malas
noticias solo estimulan la rabia, angustia y miedo; y estos, a su vez, la
liberación de cortisol, que es la hormona del estrés.
Iniciar el día
estresado nos predispondrá a continuar el resto del día en ese estado de
tensión, lo cual afectará nuestra salud a corto, mediano y largo plazo.
Mejor opta por
respetar la serenidad y armonía al iniciar el día.
3. DAR VUELTAS Y
VUELTAS A LA MENTE
Apenas ha
comenzado el día y ya te estás “pre-ocupando”: preocuparse es ocuparse
anticipadamente por algo que no ha sucedido o que no se puede resolver en el
momento.
Al comienzo de
un nuevo día es bueno establecer las tareas del día, organizar las prioridades
y tener un panorama completo sobre las cosas que tenemos pendientes; sin
embargo, hacerlo incluso antes de salir de la cama o enfocar mal esos deseos de
aprovechar bien el día no nos ayudará a cumplir con nuestras metas, ni a
conservar la salud.
Es importante
recordar que hay un momento para cada cosa, y en cada momento hay que hacer lo
que toca. La Palabra de Dios dice:
«No se
inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada
día le basta su aflicción».
Mt 6, 34
Aprende a vivir
el momento presente. Si en el desayuno ya estás pensando o hablando sobre
lo que tienes que hacer en el trabajo, ni estás trabajando en ese momento ,ni
estás haciendo un desayuno saludable.
Fuente: Aleteia