SI SE HACE CON
AMOR, CORREGIR AL QUE SE EQUIVOCA ES UNA OBRA DE MISERICORDIA Y GANAS UN AMIGO.
Hay un dicho
muy cristiano que viene a decir que: “habla bien de los demás a sus espaldas y corrígele
a solas a la cara”. Normalmente tendemos a lo contrario. La crítica, no; la
corrección fraterna, sí. El insulto y el desprecio, no; el ánimo, y la valoración
de los demás, si… Ésta es la actitud que todo buen hijo de Dios debe luchar por
mantener dentro de sí.
P. EVARISTO DE VICENTE