Bautizar a un niño o adulto es una celebración litúrgica en la que se usan varios elementos, pero tal vez no nos hemos preguntado qué significado tiene cada uno, aquí te lo decimos
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Josh Applegate | Unsplash CC0. Dominio público |
En cambio el
lenguaje no verbal, de signos, gestos simbólicos y elementos como el agua, el
aceite o la luz, necesitan una buena explicación para que se entienda por qué
se usan y qué efectos espirituales producen en quien los recibe con fe.
Conviene
potenciar estos signos para descubrir las realidades espirituales que
significan y realizan realmente. Estos signos han de ser auténticos, verdaderos
y no ficticios, «adaptados a la capacidad de los fieles y en general, no deben
precisar muchas explicaciones» (SC 34).
1.- LOS ELEMENTOS
QUE SE USAN EN EL BAUTISMO
En el bautismo
se usan, además del agua: el óleo de los catecúmenos, el crisma, la
vestidura blanca y el cirio encendido. Son signos claros que simbolizan
realidades espirituales.
El agua es
la materia principal del bautismo. El óleo de los catecúmenos
recuerda el aceite que se dan, como un masaje, los atletas antes de competir,
para estar fuertes, ágiles y alegres.
San Pablo
compara al cristiano con el corredor de fondo y el atleta gladiador que compite
para llegar a la meta y vencer. Tiene que ser fuerte para seguir el camino de
Cristo, sin desalentarse, superando las tentaciones que lo querrán desviar a lo
largo de la vida (cf 2T 4,7).
Este óleo
aplicado en el pecho es como un escudo que rechaza al demonio y defiende la fe.
Todo lo simbolizado se recibe en verdad y a lo largo de la vida va haciéndose
eficaz.
El crisma es el
óleo perfumado, que consagra el obispo en Pascua, que sirve para consagrar y
marcar al cristiano como persona sagrada, perteneciente a la familia de Dios.
Dice el que
bautiza al ungir con el santo crisma: «el Espíritu Santo te consagre con el crisma
de la salvación para que entres a formar parte de su pueblo y seas para siempre
miembro de Cristo, sacerdote, profeta y rey» (RB 17).
Se usa en el
bautismo, la confirmación, la ordenación sacerdotal. En expresión teológica se
dice que «imprime carácter», es decir, marca, sella para siempre, por eso
son sacramentos irrepetibles.
La vestidura
blanca a veces no es más que un pañito sobre la cabeza. Para expresar su
sentido debería ser un vestido nuevo o túnica blanca. Recuerda las túnicas
blancas que recibían los bautizados en Pascua en los primeros tiempos del
cristianismo.
Simboliza la
limpieza y dignidad de vida que lleva el cristiano ayudado por la
palabra y el ejemplo de suyos. «Todos los que estáis bautizados estáis revestidos
de Cristo. Ya no hay distinción de judío, ni de griego: ni de siervo, ni
de libre; ni de hombre, ni de mujer» (Gal 3, 27.28).
2.- CRISTO, LUZ
DEL MUNDO
La vela
encendida que se entrega a los padrinos les recuerda y da la capacidad para
hacer que Cristo, que es la luz del mundo, ilumine con la fe al apadrinado por
medio de sus palabras, ejemplos y ayuda.
El compromiso
de los padrinos es muy serio, pues han de hacer las veces de los padres, si es
necesario, en lo material y espiritual para que sus ahijados mantengan la fe.
Por monseñor
Francisco Pérez González, arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela
Fuente: Aleteia