Sedientos
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al
Señor. Que pases un feliz día.
¿No te ha sucedido alguna vez que llegas con
tanta hambre a la comida que te tienes que contener para no servirte demasiado?
Sin ir más lejos, ayer mismo me ocurrió a mí. Y
siempre que me pasa, me digo a mí misma en plan de broma que para comer también
hay que practicar la fe. Sí, la fe, es decir, creer que aunque en ese momento
tenga mucha hambre, en unos minutos comenzaré a sentir saciedad, y por eso
mismo no necesito echarme más.
La verdad es que me hace gracia, pero me he
dado cuenta de que es una gran verdad. En esta vida, todos tenemos un deseo de
"más" en lo profundo del corazón. Y a cada uno se nos manifiesta de
una manera diferente: por el deseo de ganar más, por el deseo de ser amado, por
el deseo de tener lo que no tengo... pero en definitiva, no importa de qué modo
se manifieste, todo responde a un gran vacío que hay en nuestro interior, y
para saciar ese vacío sí que es necesaria la fe.
Cristo ha venido a colmar el corazón humano
insaciable por naturaleza. Porque esa parte de nosotros ha sido creada con una
sed de eternidad, por eso nada en este mundo lograría saciarla. Solo Él puede
hacerlo.
¿Y cómo lo hace? Pues ahí es donde es necesaria
la fe. Él quiere hacerlo en nuestra vida y va poco a poco encaminándonos hacia
ese encuentro, solo necesita que tengamos fe. Y la fe también es hacer la
experiencia de intentar dejar de buscar vida llenándonos con otros alimentos
que nunca sacian.
Hoy el reto del amor es conocer qué anhela tu
corazón. Tu vida tiene una trayectoria que habla precisamente de ese vacío que
busca ser colmado. Detén tu día por unos minutos para orar, para sentarte con
Él. Pídele que te ayude a descubrir qué buscas en realidad, para que puedas
escuchar que solo es Él quien te lo puede dar. ¡Él lo quiere hacer! ¿Y tú?
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
17 julio 2023
Fuente:
Dominicas de Lerma