En los preparativos de la JMJ se experimenta realmente la riqueza de ser Iglesia, donde tantas personas de diferentes culturas y nacionalidades se ayudan mutuamente"
Gustavo y Fabiola. Dominio público |
Gustavo
es diseñador y, precisamente, fue el artífice del logotipo de la JMJ de Río de Janeiro 2013.
Él nunca hubiera imaginado que aquel abrazo del Cristo redentor, que estilizó
tan bien gráficamente, pronto significaría el abrazo de Jesús a una nueva
familia a punto de surgir.
"Nos convertimos en
familia"
En
esos días de la JMJ de Río, la primera del Papa Francisco, Fabíola, que tenía
26 años, y Gustavo la
vivieron como una pareja de novios. Para Fabíola, periodista, el mensaje de
la JMJ es un mensaje que sigue siendo muy actual, un acontecimiento que
"promueve la unidad y la comunión. La Jornada Mundial de la Juventud
muestra la belleza de estar juntos como Iglesia y testimoniar la fe juntos, nos
convertimos en familia, en una gran familia", comenta en Vatican News.
Recordando
a los papas que han marcado la Jornada Mundial de la Juventud, Fabíola señala
cómo cada uno de ellos ha
aportado algo especial dejando huella en la vida de los jóvenes.
"La presencia de San Juan Pablo II se sigue sintiendo con fuerza hoy en
día, fue el inventor de estas jornadas en 1986, sigue vivo en los corazones y
rostros de los jóvenes que participan, incluso de aquellos que no lo
conocieron", expresa.
También
menciona al fallecido Papa Benedicto XVI, destacando su amor silencioso por los
jóvenes, hasta llegar a Francisco de quien dice: "es especial, es como un párroco, un padre muy cercano a sus
hijos".
Primer aniversario en Cracovia
"Una
de las cosas bonitas de la JMJ es ver cómo precisamente en la diversidad está
la unidad. En los preparativos de la JMJ se experimenta realmente la riqueza de
ser Iglesia, donde tantas
personas de diferentes culturas y nacionalidades se ayudan mutuamente",
comenta la voluntaria.
En
2015, Fabíola y Gustavo, casi recién casados, fueron llamados a asistir a la
JMJ de Cracovia, esta invitación la percibieron como una "señal de
Dios". Como familia
pasaron su primer aniversario en Polonia, en la tierra de San Juan Pablo
II, el padre de la JMJ.
Como
voluntarios partieron de nuevo a Panamá en 2019 y hoy, una vez más, se ven
participando en la JMJ de Lisboa 2023. Llevan dos meses en Portugal preparando el gran encuentro
del Papa con los jóvenes.
Una
labor que ahora se ha convertido en una misión, en una respuesta a la
invitación que Dios les ha hecho. "¡Nada de lo que hagamos podrá compensar lo que Dios ha
hecho por nosotros! Somos deudores, por eso queremos dar todo lo que
podamos", asegura Fabíola.
J. C. M.
Fuente: ReL