Se encuentra en la Facultad de Bellas Artes y su autora, Ana Ríos, ha pasado por ECCLESIA al día para detallar su proceso de ejecución
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Dominio público |
La
joven explica que ha descubierto a San Juan Pablo II “en este último año
gracias a mi trabajo fin de grado, ya que lo desarrolle sobre la relación de
Dios y su influencia con el arte. Mi tío me recomendó que me leyese la carta a
los artistas del Papa Juan Pablo II y la verdad es que me gustó muchísimo.
Especialmente me influyó como él veía el arte y a los artistas. Después de eso me interesé en investigar sobre
él y sobre su vida y todo lo que hizo en la Iglesia y me parece una figura
importantísima y que admiro mucho”.
Indica
que el mural “está situado en el sótano. Pertenece a una de las asignaturas y es uno de
los trabajos que teníamos que hacer”. En relación a la
aceptación de su obra, afirma que “hubo a mucha gente a la que le gustó,
sobre todo la parte más artística. Hubo también alguno que otro al que no le
terminó de cuadrar, pero a la mayoría sí le gustó”.
“Una
obra de colores vivos”
Entrando
en aspectos más técnicos, la obra tiene colores muy vivos. Ríos expresa que “de
por sí a mí me gusta mucho la pintura en este tipo de colores. El azul y el naranja son colores que por la
simbología que tienen en el arte cristiano me gusta mucho y creo que mezclan
muy bien juntos. Fue un proceso de ir probando y el resultado
me ha gustado bastante”.
“Transmitir
la creación de Dios”
Por
último y en relación a la contribución de los artistas en la evangelización a
través de la belleza, expone que “al final el arte es un vehículo muy
importante para la evangelización, ya sea en un contexto incluso abstracto.
Llega muy bien a las personas y aunque haya gente que no pueda llegar a
entender el trasfondo que tiene la propia obra, es algo que transmite. A mí me gusta poder transmitir la belleza en
las obras y también la creación de Dios”.
Fuente: ECCLESIA