La tercera edición de los Premios Familias Andaluzas ha galardonado a los Cuevas Benítez, una familia de Granada con 15 hijos «que son de Dios porque Él es el que los da»
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Familia Cuevas Benítez. Foto: Junta de Andalucía. Dominio público |
Junto a su mujer, Belén Benítez,
ambos han construido una familia de 15 hijos que viven gracias
al único sueldo de Javier, un detalle que ha acaparado la
atención de los medios de comunicación en los últimos días.
«Nosotros solo tenemos clara una
cosa: es el Señor el que lleva nuestra familia», afirma Javier. Por eso,
«que nos reconozcan a o no, no nos cambia la vida, ni nos hace
mejores o peores».
Lo que agradece el matrimonio es «haber
podido dar testimonio dentro de nuestras posibilidades. A quien nos ha querido
escuchar le hemos hablado de lo que vivimos, de que nuestra familia procede de la fe y del
amor de Dios». Si no fuera así, «ni habrían venido los hijos ni se habría
sostenido el matrimonio», asegura.
Javier afirma asimismo que «en los
últimos años vivimos una auténtica persecución contra la familia tradicional
judeocristiana. A nosotros, por ejemplo, nos preguntan si no tenemos
televisión, como si fuéramos menos inteligentes que el resto de la gente. O
piensan que somos ricos, pero ¿tú ves que los ricos tengan muchos hijos?
Entonces no es cuestión de ser más listo o tener más dinero. Es la cultura
social de Occidente, que ha perdido la fe en Dios».
«Ahora quizá se preocupan más por la
natalidad porque le están viendo las orejas al lobo —afirma Javier—, pero
vamos ya muy muy tarde».
En cualquier caso, la familia Cuevas
Benítez no tiene hijos por equilibrar el declive demográfico. «Nosotros vivimos
como vivimos por Dios. Los hijos son suyos porque Él es el que
los da, el poder creador es suyo».
De ahí que tanto Javier como Belén declaren que «nuestra fe no es de oídas o ideológica. Nuestra fe es vivida y experimentada, está basada en un encuentro con Cristo vivo, que nos hace decir que Dios provee. Si nosotros no damos testimonio, ¿entonces quién lo va a dar?».
Juan
Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Fuente:
Alfa y Omega