Cuando Olivier Schmitthaeusler (Estrasburgo, Francia, 1970) llegó como sacerdote misionero a Camboya en 1998, recién ordenado, sólo quedaba 1 católico en todo el vicariato de Phnom-Penh, la capital del país.
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El obispo Schmitthaeusler con alumnas de escuela salesiana. Dominio público |
Hoy,
dice, "la situación es muy diferente, la Iglesia ha renacido, hay entre 23.000 y 25.000 fieles [en
toda Camboya] y varias comunidades son muy jóvenes, compuestas en su mayoría
por personas que han abrazado recientemente la fe cristiana", señala a la
agencia Fides. Son una
gota en este país asiático de 16 millones de habitantes y mayoría budista,
pero una gota que va creciendo, con unos 200 bautizos de adultos cada año.
Una
vez al año, recuerda Fides, los católicos camboyanos recuerdan a sus víctimas
de la persecución comunista y de la guerra civil que golpeó este país. Para
este encuentro de oración se reunieron 3.000 católicos en Taing Kok, en el
centro del país, con los sacerdotes y obispos de los tres territorios
eclesiásticos del país: el Vicariato Apostólico de Phnom-Penh, la Prefectura
Apostólica de Battambang y la Prefectura Apostólica de Kompong-Cham.
Los
fieles recordaron al
obispo Joseph Chhmar Salas y otros 34 compañeros mártires, cuyo proceso de
beatificación empezó su fase diocesana en 2015. Todos fueron asesinados o
dejados morir de forma cruel entre 1970 y 1977. Algunos de estos mártires eran vietnamitas y camboyanos, otros
eran misioneros franceses o de otros países.
Algunos
objetos del obispo Joseph Chhmar Salas (como un collar con cruz) fueron
recogidos por su madre y entregados a sus obispos sucesores, y hoy los muestra
Schmitthaeusler.
El primer obispo camboyano: sólo ejerció
preso
Joseph
Chhmar Salas (1937-1977) fue el primer camboyano nativo consagrado como obispo.
En abril de 1975 los jemeres rojos tomaron el poder en Camboya y establecieron
un feroz régimen comunista y antirreligioso. El obispo francés Yves Ramousse, previendo que sería expulsado
del país, confirmó como obispo auxiliar a Salas. Efectivamente, el día
30 Ramousse era expulsado junto con cientos de extranjeros. Unos meses después,
el francés renunciaba al cargo y Salas quedaba como líder principal de la
Iglesia en Camboya, pero para entonces ya estaba preso en un campo de trabajos
forzados donde moriría de agotamiento un par de años después, en septiembre de
1977.
El
recuerdo de los mártires y de sus historias poco a poco va siendo documentado,
sobre todo por misioneros, como el francés Francois Ponchaud, con su libro Cristo en el
Mekong, o el italiano Mario Ghezzi, con su libro El Evangelio en el
arrozal. Cartas desde Camboya.
G. de A.
Fuente: ReL