QUÉ SIGNIFICA QUE LAS MUJERES Y LOS LAICOS PUEDEN VOTAR AHORA EN EL SÍNODO DE LOS OBISPOS

Los cardenales representantes aclaran: "No es una revolución. El sínodo no es un parlamento, es una reunión que sirve para rezar"

Los Cardenales  Jean-Claude Hollerich y Mario Grech,
representantes del Sínodo. Dominio público

La opinión pública ha calificado las modificaciones inéditas del Vaticano como una revolución. Y ciertamente, es un hecho sin precedentes. 

El sínodo de obispos, la reunión de obispos de todo el mundo que se reúnen periódicamente en Roma a petición del Papa para tratar diversos asuntos y que fue instituido por Pablo VI en 1965, contará con 70 laicos, la mitad de ellos mujeres, con derecho a voto. 

La próxima XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos está prevista para octubre de 2023 y en esta ocasión, se debate sobre el sínodo de la sinodalidad, es decir, la participación de todo el pueblo de Dios. 

"No es una revolución" 

Sin embargo, aunque es un órgano consultor, cabe explicar ciertos puntos como han expuesto los cardenales Mario Grech y Jean-Claude Hollerich, Secretario General y Relator General del Sínodo respectivamente, en una rueda de prensa con los periodistas. 

Al comentar estas modificaciones, los cardenales del Sínodo aclararon: "No es una revolución, sino un cambio importante".

  • Hasta ahora, solo los obispos podían votar en los asuntos que se desarrollaban. La novedad actual es que el papa ha aprobado que participan hasta 70 personas que no sean obispos que representan a otros fieles del Pueblo de Dios (sacerdotes, personas consagradas, diáconos, fieles laicos). 
  • De este grupo de 70 personas, la mitad, a petición del papa, deben ser mujeres. Esta medida es inédita. 
  • Estos 70 son elegidos por el Papa de una lista de 140 personas indicadas (y no elegidas) por las siete Reuniones Internacionales de las Conferencias Episcopales y la Asamblea de Patriarcas de las Iglesias Orientales Católicas (20 por cada una de estas realidades eclesiales).
  • Además, participarán 5 religiosas y 5 religiosos elegidos por las Conferencias de Superiores Mayores y de Superioras Mayores, también con derecho a voto.
  •  Otra de las novedades es que en el sínodo ya no participarán los que dirigen los dicasterios de la Santa Sede sino sólo a quienes el Papa invite. 
  • El resultado de las reuniones del sínodo de obispos y también de las votaciones se plasma en un documento sin ningún tipo de valor normativo, pero sí sirve para pulsar algún aspecto social o moral. 
  • El papa podrá o no incorporar a su magisterio las peticiones o reflexiones realizadas por los participantes del sínodo. Incluso puede omitirlas. 

Órgano consultor, no un parlamento 

El cardenal Hollerich explicó el porqué de esta medida: "Nos encontramos frente a un desafío mundial: la polarización, un individualismo cada vez más grande, en el que el consenso no existe más. Por tanto, si la Iglesia encuentra una manera sinodal para gestionar las divergencias en comunión y caminar juntos, está prestando "un gran servicio" al mundo.

Sin embargo, explicaron el espíritu del Sínodo: "No estamos detrás de los votos. La votación es un instrumento humano que ayudará, pero el sínodo "es un discernimiento, es una oración". Palabras que recuerdan la enseñanza del Papa Francisco, quien siempre ha observado que el sínodo no es un parlamento, sino un "meterse en juego con el Espíritu".

Incluso el cardenal maltés Mario Grech ha manifestado que él es partidario de eliminar las votaciones que deciden qué introducir o no en el documento que se entrega al pontífice. El motivo que alega es que este organismo debe parecerse más a una reunión que sirva para rezar que para dictar normas. 

Fuente: ReligiónConfidencial