María José es voluntaria de 'Contigo Siempre', una fundación de la diócesis de Córdoba que acompaña al paciente en el final de su vida y difunde la importancia de los paliativos
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Foto: Diócesis de Córdoba. Dominio público |
Pese a que ha sido
enfermera toda su vida profesional, no ha sido hasta su jubilación cuando ha
compartido su tiempo con una paciente con cáncer terminal: “Me ha completado como persona, lo profesional
queda a un lado”, ha confesado en declaraciones a
ECCLESIA.
María José
ha tenido la posibilidad de compartir estos momentos tras sumarse al proyecto de la fundación 'Contigo Siempre' que impulsa la diócesis de Córdoba desde hace menos de un
año, y que tiene como finalidad acompañar a personas que reciben tratamientos
paliativos.
'Contigo
Siempre' se gestó a finales de junio, cuando un grupo de feligreses de la
parroquia de la Consolación encabezadas por Consuelo y Marisa, esta última hoy
presidenta de la fundación, propusieron a su párroco presentar al obispo de
Córdoba esta iniciativa para contribuir a mejorar la vida de los
enfermos en la fase final de su existencia en esta vida.
“Vimos la
necesidad de atender no solo a enfermos terminales, sino a personas muy mayores
con situación de soledad, porque esta soledad les induce a veces incluso a
pedir la eutanasia”, ha
alertado Marisa Bonilla en ECCLESIA.
“Hicimos
una presentación donde se informaba sobre la dignidad de la persona, que es
fundamental para entender los cuidados paliativos. La presentación tuvo un gran
éxito porque se apuntaron más de cien personas dispuestas a colaborar”, ha
agregado.
'Contigo
Siempre' a día de hoy es un proyecto aún en ciernes, que centra sus esfuerzos actualmente en formar a
los más de cien voluntarios que se han sumado.
La
experiencia de María José con una enferma terminal: “Se les coge mucho cariño”
María José
es una de las escasas voluntarias que, fruto de sus conocimientos como
enfermera, ya ha tenido una primera experiencia con una paciente terminal a la
que acompañó desde Navidad y hasta comienzos de marzo, cuando falleció víctima del cáncer que
padecía.
“Marisa nos
llamó a una amiga y a mi para preguntarnos si podíamos turnarnos para atender a
esta señora en el hospital provincial. Así lo hicimos”. El primer contacto de
María José con la paciente no fue sencillo. Para empezar, porque la psicóloga del centro hospitalario dudaba
sobre las intenciones de la voluntaria: “La psicóloga me
preguntaba qué iba a hacer, porque la señora estaba muy mal, le acababan de
decir que tenía un trombo en la ingle y no iba a poder caminar más”, recuerda.
Una vez que
María José se encontró con la paciente, la reacción de esta última fue fría, hasta
que poco a poco la voluntaria de 'Contigo Siempre' comenzó a hablar: “Me
presenté, empezamos a charlar y empezó a abrirse. Al rato ella me pidió perdón
porque me dijo... 'María
José, perdóname porque antes de que entraras le he dicho a la psicóloga que te
vayas porque no quería ver a nadie'. Yo creo que le puse
mucho amor y comprensión”, ha relatado.
“Servir a
los demás es una experiencia única, una maravilla. Que el paciente sienta que compartas con
él es muchísimo, porque te habla cosas de su vida, intentas comprenderle,
hablar... es muy interesante. Ella nos lo agradeció
muchísimo. Tenemos mensajes suyos del Whatsapp donde nos decía que nos quería mucho, que estaba
superagradecida... la verdad que me emociona pensarlo
porque se les coge muchísimo cariño”, revela María José emocionada.
'Siempre Contigo': una
fundación que acompaña al que sufre y reivindica los paliativos
La
presidenta de 'Siempre Contigo', Marisa Bonilla, ha recalcado que el objetivo
de la fundación no es solo acompañar, sino que también busca difundir lo que son los cuidados
paliativos “para que estén al alcance de todo el mundo,
porque hay personas que no saben lo que son y piensan que si un familiar entra
en paliativos los van a matar. No hay cultura de paliativos y es
importante”, ha expresado.
En cuanto al perfil de las personas que se ponen en contacto
con 'Contigo Siempre', Bonilla aclara que no son únicamente creyentes, ya que
el acompañamiento es a todos: “Los voluntarios queremos que transmitan el amor
de Dios, pero hay personas a las que no podemos hablarles del amor de Dios
porque están enfadados con Él, por la situación por la que atraviesan, o no son
creyentes. Nuestra
pretensión es que a través de la ternura y el cariño con el que los voluntarios
les atienden, encuentren ese amor de Cristo. Y sino, haremos lo que hizo el Buen Samaritano, ayudar
y paliar en lo posible el sufrimiento de la persona que sufre y está a nuestro
lado”, ha sostenido.
Por JOSÉ
MELERO CAMPOS
Fuente: ECCLESIA