Tres curas hablan sobre la vocación: «Hay que dejar de pensar siempre en una vida ideal»
![]() |
Los tres mediáticos sacerdotes de Red de Redes. Dominio público |
En el capítulo,
reflexionan sobre la situación de tantas personas que quedan solteras sin
haberlo escogido, sea porque no han encontrado a la persona, porque han estado
cuidando a sus padres, por
alguna enfermedad o por un desengaño, entre otras causas.
"Me
he encontrado con que muchas de estas personas tienen un sufrimiento grande:
nos escuchan hablar de la vocación al matrimonio o a la vida consagrada y piensan '¿y a mí qué?', y se
sienten de menos en la Iglesia", plantea Bronchalo. En este artículo
resumimos las principales ideas y aportaciones de los tres clérigos como
respuesta a esta situación complicada.
¿Hay una vocación a la soltería?
"La palabra vocación es algo
engañosa", comienza Silva, y explica que, aunque normalmente se hable
de vocación en referencia al sacerdocio, la vida consagrada o el matrimonio,
"hay veces en que la
vocación te viene dada por la vida". Por ejemplo, dice, tener un hijo
con cáncer o unos padres enfermos: "Muchas situaciones son vocación,
porque son circunstancias
a través de las cuales Dios te está llamando", añade.
Domenech
considera, en esta línea, que uno "no puede buscar la soltería determinadamente", pero sí
aceptarla si esa es "la situación providencial de tu vida". Y
Bronchalo recomienda "cultivar el discernimiento": "Hemos de dejar de pensar en la vida ideal -pide-
y ver en los signos concretos qué te está diciendo el Señor, para reconciliarte
con tu pasado y ver que Dios
te quiere en la realidad que tienes".
"El
peor demonio es el de lo
que pudo ser y no fue: Dios te quiere feliz en tu presente", insiste
Silva, y exhorta a ver a qué te llama Él en tu presente. "Hay muchos modos
en los que las personas
solteras pueden entregarse a Dios y a los demás, y ser muy fecundos:
en un voluntariado, en una entrega, cuidando a los pobres o enfermos, o a los
sobrinos…". Domenech añade que "la llamada a la santidad es la vocación que tenemos todos".
La soltería tiene su cruz… igual que el
matrimonio
Los
tres sacerdotes también citan el Evangelio para aportar alguna luz: "Si
alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga". "A
veces, uno cree que tiene derecho a empezar de nuevo, pero no ha tenido en
cuenta que a lo mejor esa es su cruz, y con cuanta más alegría la lleves, menos te va a costar",
dice Domenech.
"El
victimismo es muy malo", añade Bronchalo, y señala que todo el mundo tiene
su cruz, y que "si no
tuvieras esa tendrías otra, y tampoco te gustaría". "Cada uno
tiene su cruz: también el casado piensa 'Si me hubiera quedado soltero, no
tendría estos problemas'", apunta Silva, que lo achaca a una tentación del demonio: "Hay que
confiar en la providencia de Dios".
La consagración privada
Los
conductores de Red de Redes traen
a colación una posibilidad de entrega para los solteros: la consagración
privada. "El derecho canónico recoge que tú puedes hacer una
consagración ante tu párroco de hasta un año, para -por ejemplo- servir a la
parroquia, y ante el obispo, hasta tres", explica Silva, que considera que
esta consagración privada "es súper bonita, es decir: 'Asumo mi soltería, tomo las
riendas de mi vida y pongo mi situación actual para servir a los demás'".
"Mejor vestir santos que desnudar
imbéciles"
¿Y
aquellas personas que
están solteras pero aún son jóvenes, y sienten una llamada al matrimonio?
Los curas empiezan a citar refranes: "nunca es tarde si la dicha es
buena", "más vale solo que mal acompañado"... o que -Bronchalo
dixit- "es mejor quedarse para vestir santos que para desnudar
imbéciles". O, en otras palabras, "que no por pensar que se te pasa el arroz has de forzar con el
primero que encuentres", dice.
"También
hay que arriesgar y renunciar a algo", recomienda Domenech: "Muchas
veces - dice- queremos
formar una familia pero a mi imagen y semejanza, sin renunciar a nada de lo
mío, metido en mi grupo donde no sé salir porque me da vértigo". Y señala
que "a lo mejor hay que
abrir el corazón y la mente, porque quizá el camino que quiere el Señor
para ti no está en ese agujero en el que te has metido".
Silva
también recuerda que "Dios
te puede dar a una persona cuando Él quiera", y explica que en los
últimos dos años ha casado a parejas que se conocieron a través de la web
catolicossolteros.com, "aunque
yo no daba un duro por ella". "Y también hay que tener en cuenta
que el hombre perfecto solo es uno, Jesucristo, y que el noviazgo también es aprender a conocer los defectos
del otro y amar su debilidad", comenta Bronchalo.
San José, modelo para los solteros
Al
buscar referentes de espiritualidad para las personas solteras, Domenech
recomienda fijarse en la persona de san José. "Es un hombre profundamente fecundo viviendo una vida de
virginidad, haciendo solo lo que le dice el Señor". "Todos
podemos decir: 'Jesús, tú eres el amor de mi vida', y eso fue lo que le pasó a san José", añade Silva.
En
esta línea, Silva recuerda
que "se puede vivir sin sexo". "San José vivió una castidad
no elegida, pero la aceptó por algo más grande", dice, y dirige esta
reflexión a las personas que experimentan atracción por personas del mismo
sexo. "Vivir la castidad no es una tortura; hoy en el mundo el sexo está tan sobrevalorado que
parece que si no tienes relaciones sexuales no te vas a realizar, ¡y es
mentira! Yo no he tenido sexo y me siento plenamente realizado", asegura.
El
capítulo termina con varias recomendaciones: además de espejarse en san José,
Silva recomienda el libro El abandono
confiado en la Divina Providencia, de San Claudio de la Colombière, "que habla
de que Dios cuida de ti y de que Él sabe porqué hace las cosas". También
recomiendan varias películas: El Señor de los Anillos, por la castidad de Frodo; Incondicional, por el sacrificio del protagonista, e
Intocable, por su modelo de entrega y afecto.
Aquí puedes ver el último episodio completo de Red de Redes.
Fuente: ReL / ACdP