Quizá te has preguntado de dónde provienen las cenizas que el sacerdote deposita en la frente
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«Recuerda,
hombre, que eres polvo y al polvo volverás». Con esta expresión (o con la de
«Convertíos y creed en el Evangelio), que el sacerdote pronuncia mientras hace la
señal de la Cruz sobre la cabeza de cada persona en la liturgia del
Miércoles de Ceniza, los cristianos entramos en la Cuaresma de pleno. Es una
frase inspirada en las palabras del capítulo 3 del Génesis, cuando Dios
castiga a Adán y Eva.
La ceniza es
una manifestación tan material y visible que a algunos les queda el rastro
horas después todavía en la frente y en el nacimiento del cabello.
Pero, ¿de dónde
sale exactamente aquella ceniza que ha usado el sacerdote? ¿Es de alguna ceremonia funeraria?
¿De madera quemada sin más? ¿Qué material se quemó?
Antes de que la
imaginación se nos dispare, ahora que las películas gore nos pueden
llevar a las fantasías más tétricas, la Iglesia determina claramente que no
toda ceniza puede ser empleada para el rito de imposición.
La ceniza que
emplea el sacerdote el Miércoles de Ceniza procede de los ramos que se
bendijeron en el Domingo de Ramos del año anterior. Aquellos ramos
(que suelen ser palmas y ramas de olivo) se queman y la ceniza se guarda hasta
el año siguiente.
Dolors Massot
Fuente: Aleteia