Aleteia habló con don Ernesto María Caro, el sacerdote que protagoniza el vídeo viral. Entrevistado por la periodista Pilar Velilla, el padre explica qué le ocurrió
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Don Ernesto María Caro es el
protagonista de un vídeo viral que muy posiblemente hayan visto ustedes en
estos días
Ante
los comentarios que se publicaron en las redes sociales y las preguntas que
muchas personas hacían para saber interpretar estas lágrimas de un
sacerdote en el momento de la Consagración, decidimos
buscar a este sacerdote y que fuera él mismo quien explicara qué había
ocurrido.
La entrevista con Aleteia tuvo lugar el 4 de noviembre y se hizo
por Zoom, para conectar desde España con este sacerdote que vive en México.
Hoy don Ernesto trabaja como vicario cooperador en la parroquia
de Nuestra Señora de los Ángeles, Nuevo León.
Don Ernesto recuerda con emoción el día en que tuvo una experiencia
sobrenatural con la Eucaristía.
Él mismo lo relata: era un niño y se encontraba en un campamento
nacional de los scouts,
en México. De pronto, en el momento de la consagración, «pude observar una luz
intensísima saliendo de la hostia, mientras era elevada por el sacerdote».
Aquel episodio lo marcó profundamente.
Tanto es así que lo recuerda con nitidez y
se le quiebra la voz al traerlo de nuevo a la mente. Don Ernesto reconoce que
desde entonces tiene una relación especial con Cristo
Eucaristía.
Sentir que es alter Christus, otro Cristo,
le impacta a la par que es consciente de la gran responsabilidad que esto
conlleva.
Don
Ernesto es sacerdote diocesano y, hace dos años, dejó la pastoral de la parroquia
de la Santa Cruz, Monterrey, México, tras 18 años a su
servicio, cuando ya hacía unos 30 que se había ordenado.
En aquella parroquia llevaba 64
grupos. Él es además licenciado en Espiritualidad con doctorado en
Mariología, miembro del Tribunal Eclesiástico de Monterrey, profesor del
Seminario Arquidiocesano en la misma ciudad y fundador y director espiritual de
algunas iniciativas como ARXE, Vivir en Cristo y Evangelización Activa. Además, es uno de los exorcistas de la
diócesis.
Con semejante carga de trabajo, un
buen día cayó enfermo.
Como sucedió en plena pandemia, pensó que era covid, pero los
médicos desecharon enseguida esa posibilidad. Don Ernesto presentaba síntomas
de un síndrome de burnout. Esta
afectación hace referencia a la cronificación del estrés laboral y
él llevaba ya muchos años con demasiado trabajo a sus espaldas, totalmente
consumido.
«El Señor utiliza
estas cosas para hablar al corazón», afirma don Ernesto convencido. Él reconoce
que se había acomodado en su trabajo y que las palabras del Señor “Ya
no me amas como antes” resonaban en su cabeza.
«Pero debo reprocharte que hayas
dejado enfriar el amor que tenías al comienzo.»
Apocalipsis 2, 4
De pronto, el
sacerdote, con mentalidad de ingeniero, y por tanto acostumbrado a organizar y
tener el control, sintió que el Señor le pedía dejarlo todo.
En los últimos días
ha estado circulando por internet un video de don Ernesto. Él mismo aclara que
en realidad el vídeo lleva circulando cerca de dos años, desde el 8 de
septiembre de 2020.
En la grabación viral
puede verse a don Ernesto el día en que se despedía de sus feligreses durante
la santa misa en la parroquia de la Santa Cruz de Monterrey.
Mientras pronuncia
las palabras de la Consagración, mirando fijamente la Sagrada Forma y con la
mascarilla mal puesta, solloza desconsolado. Permanece así más de un minuto.
Seguidamente, al elevar el cáliz vuelve a quebrarse en llanto.
Tras la viralización
del vídeo se han hecho muchas conjeturas acerca del porqué de esas lágrimas. En
nuestra entrevista le preguntamos directamente cuál fue la razón por la que
lloró. Él responde:
«En ese momento experimenté una tristeza muy profunda.
Al igual que el Señor se despedía de los apóstoles, sus amigos, en la Última
Cena, yo también me despedía en ese momento de mis amigos (los parroquianos) y
me entregaba a Su Voluntad».
Y continúa:
«Todo ese rato que
estuve llorando inicié un diálogo con el Señor y experimenté,
en cierta medida, los mismos sentimientos de Cristo antes de su Pasión».
Además,
reconoce que durante este tiempo de grandes decisiones el Señor le ha metido en
una experiencia espiritual muy fuerte al pedirle que deje todo y que empiece de
nuevo:
«Yo empezaba
muchos proyectos pero el fruto no permanecía. El Señor me pedía, precisamente,
que el fruto permaneciera.»
Lágrimas con sabor a
entrega
Hay dos aspectos que inmediatamente surgen en quien escucha a don
Ernesto hablando de este hecho tan singular y bello, el de llorar
desconsoladamente durante la Consagración.
El primero es que no es fácil la vocación al sacerdocio.
Los cambios afectan, por lo que dejan atrás -en este caso, una parroquia viva,
el cariño de tantas personas y muchas horas de trabajo- y por lo que se van a
encontrar -nuevos proyectos, empezar de cero.
El segundo aspecto: tampoco es fácil hallarse ante la
presencia real del Señor. No puedes esconderte. Y don Ernesto
sabía muy bien a quién tenía entre sus manos. En el momento de la Consagración,
Dios Hijo se entrega hasta el extremo por nosotros. Lo da todo por ti y por mí.
Este vídeo es un recordatorio de quién se encuentra sobre el altar
en cada misa, en cada Consagración. Tantas veces vamos corriendo, sin prestar
atención, sin ser realmente conscientes del milagro que sucede ante nuestros
ojos.
D.
Ernesto tiene un lema: «Podemos cambiar nuestro mundo si cambiamos nuestro
corazón». ¿Qué tal si empezamos por cambiar nuestro corazón mirando de otro
modo a Jesús en la Eucaristía?
Aquí está el vídeo completo en el que se puede ver lo que ocurrió
en la consagración aquel 8 de septiembre de 2020 y las palabras posteriores del
mismo padre don Ernesto:
Pilar Velilla Flores
Fuente:
Aleteia