Vísteme despacio…
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor.
Que pases un feliz día.
…que tengo prisa. ¡Y cuántas veces lo he
experimentado en mi vida!
Quería dejar preparada un poco la cena, así que
salí un momento del coro y me puse el delantal. El asunto iba sobre ruedas
hasta que el repiquete de la campana me alertó de que solo quedaban unos
minutos para empezar el siguiente rezo. ¡¡Me había despistado!!
A toda prisa tiré de la cuerda del delantal y…
En fin, cosas que pasan: resulta que había
tirado de la cuerda equivocada, logrando que el nudo se enredase y se apretase
de lo lindo. ¡¡Imposible soltarlo!!
Yo ya me veía teniendo que ir a la capilla con
delantal y todo…
-¡Sácatelo por los pies! -me sugirió sor Inés.
Efectivamente, así pude liberarme. Terminada la
oración, volví a la cocina, cogí el delantal… y descubrí que el terrible nudo
que casi me lleva al borde del infarto tampoco era para tanto: ¡en un instante
pude deshacerlo!
De pronto me di cuenta de que lo sucedido era
una muy buena parábola de lo que es la oración.
Con el ajetreo del día y las mil cosas que
hacer, es muy fácil “enredarse”: una dificultad que nos bloquea, un
malentendido que atasca esa relación, una palabra inoportuna que se escapa…
Dedicarse a “dar tirones”, resolver la situación de cualquier manera y cuanto
antes puede preparar nudos peores. ¿Qué hacer?
Me impresiona mucho la cantidad de veces que el
evangelio nos dice que Jesús se retira a orar. Y si Él nos enseña con su
Palabra, ¡también nos enseña con sus gestos!
Del mismo modo que el Maestro, necesitamos
parar, tomar distancia antes de actuar… dejar el delantal enredado en la cocina
para ir con el Señor. No es huir del problema o esquivar la responsabilidad.
Orar es poner el problema en manos de Cristo para aprender a verlo desde otra
perspectiva: la Suya.
De la mano de Jesucristo, descubres cuál era el
cabo exacto que aflojar, la palabra necesaria, el gesto de cariño… Y ese nudo,
que en solitario parecía imposible, ¡con Él se deshace suavemente!
Hoy el reto del amor es retirarse a tiempo. Te
invito a que, a lo largo del día, cuando experimentes que te estás “enredando”,
¡¡te tomes una pausa para estar con el Señor!! No trates de deshacer los nudos
“a tientas” y con nervios… Deja que Cristo llene de nuevo tu corazón con su
Paz, ¡y juntos podréis afrontar cualquier nudo! ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
15 noviembre 2022
Fuente:
Dominicas de Lerma