Hijo de ministro protestante, ha estudiado teología 17 años; ahora será cura católico
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Sang Woo Chi. Dominio público |
"Nací
y me educaron en una familia cristiana presbiteriana",
explica al Catholic Philly. "De alguna
manera, Dios sembró la semilla de mi vocación a edad muy temprana. Mi
familia esperaba que yo llegara a ser ministro presbiteriano, siguiendo los
pasos de mi padre. Pero hoy entiendo que fui llamado al sacerdocio".
Su
padre era el pastor de una pequeña congregación protestante presbiteriana en Corea del Sur.
Su familia vivía en el edificio de la comunidad. Su madre llevaba la biblioteca
de la congregación. "La iglesia era donde tenía lugar mi día a
día", explica. Chi acompañó a su padre en las tareas eclesiales
hasta que fue al servicio militar obligatorio a los 21 años.
Seminario presbiteriano en Corea, luego a EEUU
Después, estudió
dos años en un seminario presbiteriano de Corea. Y luego su padre lo
envió a estudiar a Estados Unidos. Quería que experimentara cómo era la gente,
la espiritualidad y la teología en Occidente.
Primero
sacó un título de filosofía en 2005, y luego se matriculó en la carrera de
teología en la Divinity School de la Universidad de Yale, cuyo curriculum
presenta asignaturas de las distintas tradiciones y denominaciones cristianas.
Allí fue donde conoció a los Padres de la Iglesia y se enamoró de San
Agustín y Santo Tomás de Aquino.
Desde
ese momento, notó que la Iglesia Católica le iba interesando cada vez
más. Después de Yale, pasó a hacer un doctorado en teología en la
Universidad de Boston.
En
esa ciudad entró por primera vez en un templo católico. Vio el
altar y el crucifijo, y se sintió impulsado a arrodillarse allí mismo y rezar.
Hablaba de sus hallazgos con su padre
Profundizó
en sus investigaciones y empezó a ir a misa a la parroquia de su barrio. "En
la fe católica, yo encontraba las respuestas a todas las preguntas que
yo me hacía", explica.
Cada
día Chi telefoneaba a su padre y le iba contando lo que descubría sobre la
historia de la Iglesia y las enseñanzas católicas. "Él siempre se
alegraba de escuchar lo que yo iba aprendiendo sobre la Iglesia Católica",
recuerda. Su padre falleció poco antes de que Chi entrara en el seminario.
En
2009 Chi se trasladó a Filadelfia y trabajó en una heladería, haciendo
batidos y helados para padres y niños. Tiempo después, ya de
seminarista en prácticas en ese barrio, las familias le reconocían como
"el tipo de los helados".
Se
resistió un tiempo, pero en 2017 entró al seminario de St. Charles en
Filadelfia. El impulso que tenía desde niño, ser pastor y predicador y ahora
sacerdote, lo empujó.
Entre
sus santos preferidos, están San Andrés Kim (primer
sacerdote católico nacido en Corea, mártir en el s.XIX) y Santa María Magdalena,
porque "ella amó mucho a Jesús, y su amor siempre me ha inspirado".
Como
seminarista y diácono, Chi ha pasado mucho tiempo en la cocina
comunitaria y el reparto de sopa de los Servicios Sociales Católicos de
Chester. Allí ha podido ofrecer compañía, consejo y oración a muchas
de las personas que acuden, especialmente a los que salen de la prisión
cercana.
17 años de teología: "el latín es más
fácil que el inglés", dice
Ha
estado estudiando teología y filosofía durante 17 años: es una base muy
especial y firme. Pero en algunos aspectos se siente novato. "Llevo muchos
años viviendo en Estados Unidos, pero aún soy nuevo en la cultura americana;
siempre me emociona aprender más de esta cultura".
Aún
dedica una hora cada día a estudiar inglés. "El inglés es el idioma más
difícil. La gente dice que que el latín es muy difícil, pero yo aprendí
latín. Comparado con el inglés, el latín es fácil", asegura.
También ha estudiado griego y hebreo.
Espera
compartir lo aprendido con sus feligreses. Su familia sigue en Corea, así que
los parroquianos van a ser su familia inmediata, señala él mismo.
Su
hermano se casó y tiene dos hijas gemelas. Su madre tiene 77 años y se
hizo católica a los 74, animada por su hijo.
A
partir del 21 de mayo, ya como sacerdote, Chi empieza una nueva etapa.
P. J. G.
Fuente: ReL