La última oración del día, recordó, se llama “Completas”, y “es una forma de hacer completo nuestro día”
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El Arzobispo de Baltimore
(Estados Unidos) y capellán de los Caballeros de Colón, Mons. William Edward
Lori, aseguró que la Iglesia “ha resuelto" "hace mucho tiempo” los
problemas para dormir por las noches y para ello tiene una “oración oficial”.
En un artículo titulado “Cómo acabar el
día” publicado en el sitio web de los Caballeros de Colón, la
organización laical más grande del mundo, Mons. Lori enumeró una serie de ideas
que se le vienen a la cabeza durante la noche, impidiéndole el sueño.
“En qué horrible condición estaré
al día siguiente si no puedo dormir un poco”, pensaba el Arzobispo.
Mons. Lori señaló que “la
Iglesia, de hecho, ha resuelto todo esto hace mucho tiempo y tiene
una oración oficial
para culminar el día”.
“La Liturgia de las Horas,
también conocida como Oficio Divino o breviario, marca las horas
del día con oración: mañana, mediodía, tarde y noche”, señaló, y destacó que
tanto “obispos, sacerdote y diáconos están obligados a rezarlo, pero todos
somos alentados a rezarlo también”.
La última oración del día,
recordó, se llama “Completas”, y “es una forma de hacer completo nuestro día”.
“Esta oración consiste en un
examen de conciencia, un himno en el que le pedimos a Dios que esté con
nosotros durante la noche, un salmo que habla sobre recordar a Dios y su
misericordia incluso en la noche y luego el plato fuerte: el Cántico de
Simeón”.
El Arzobispo de Baltimore recordó
que “en la bella escena en el Evangelio de San
Lucas donde María y José, de acuerdo con la Ley de Dios, llevan
al Niño Jesús al Templo en Jerusalén para dedicarlo al Señor, se encuentran con
un laico llamado Simeón”.
Simeón, destacó, era “un hombre
de oración” que esperaba la llegada del Mesías, y “cuyo corazón estaba lleno de
esperanza en todo lo que Dios había prometido”.
“Cuando Simeón tomó al Niño Jesús
en sus brazos, sus ojos de fe fueron abiertos y supo que sostenía al Salvador
esperado por tanto tiempo”.
“Lleno del Espíritu Santo”, dijo
el Prelado, Simeón “pronunció este cántico, que forma la parte central de la
oración de la noche de la Iglesia: ‘Ahora, Señor, según tu promesa, puedes
dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien
has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria
de tu pueblo Israel’”.
“¡Qué bella oración para ofrecer
cuando el trabajo de cada día llega a su final! En vez de rumiar en mis
preocupaciones o revivir algún contratiempo que el día ha traído, encuentro que
cuando verdaderamente me concentro sobre el significado de este cántico, soy
más capaz de poner todo el día en su propia perspectiva”, señaló.
“Si sigo la dirección de Simeón,
cuando cada día llega a su final no necesito evitar mis preocupaciones
o heridas, ni tengo que tranquilizarlas con felicidades artificiales o
pensamientos positivos autoinducidos. Por el contrario, todo lo que necesito en
confiar todo el paquete –todas mis fuerzas y debilidades, junto a los eventos
del día– al Señor Jesús, que está presente para mí como lo estuvo para Simeón”.
Mons. Lori destacó además que “en
ese momento de confianza y amor, puedo también serenamente examinar mi
conciencia”.
Fuente: ACI Prensa