A la hora del Ángelus dominical el Papa Francisco, comentó el conocido episodio de las bodas de Caná, en que Jesús realizó el primer signo con el “manifestó su gloria” para que creyeran en él, y recordó que Dios “nos quiere felices”
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Al
comentar el Evangelio propuesto por la liturgia de este domingo – que narra el
episodio de las bodas de Caná – el Papa Francisco, antes de rezar el Ángelus con
los fieles y peregrinos que se dieron cita en una soleada Plaza de San Pedro,
explicó que Jesús, con aquel primer signo, “manifestó su gloria y
sus discípulos creyeron en Él”.
¿Qué es un “signo” según el Evangelio?
El
Santo Padre puso de manifiesto que el evangelista “no habla de milagro”,
o sea “de un hecho potente y extraordinario que genera maravilla”. En efecto,
Francisco dijo que Juan relata que en Caná “tuvo lugar un signo, un
signo que suscita la fe de los discípulos”. De manera que podemos preguntarnos:
¿qué es un “signo” según el Evangelio? Y la respuesta del Papa fue:
“Es un indicio que revela el amor de Dios, que no
reclama atención sobre la potencia del gesto, sino sobre el amor que lo ha
provocado. Nos enseña algo del amor de Dios, que es siempre cercano, tierno y
compasivo”
Un gesto que sale al encuentro de una necesidad
concreta
Lo
que ocurrió en las bodas de Caná "no fue una curación extraordinaria o un
prodigio en el templo de Jerusalén – precisó el Santo Padre – sino un gesto que
respondió a una necesidad sencilla y concreta de la gente común, un gesto
doméstico, digamos, un milagro en punta de pie, discreto, silencioso".
“Él está dispuesto a ayudarnos, a levantarnos. Y
entonces, si estamos atentos a estos ‘signos’, somos conquistados por su amor y
nos convertimos en sus discípulos”
En Jesús no hay espacio para segundos fines
Francisco
afirmó asimismo que el Señor “No se pone límites y no nos pide intereses”.
“En el signo de Jesús no hay espacio para segundos
fines, para pretensiones con respecto a los esposos. No, la alegría que Jesús
deja en el corazón es alegría plena, alegría desinteresada. ¡No es una alegría
aguada! ¡No! Alegría”
Sugerencia del Papa
En
su diálogo ideal con las numerosas personas deseosas de escuchar sus palabras,
rezar por sus intenciones de pastor de la Iglesia universal y recibir su
bendición apostólica, el Santo Padre les propuso “un ejercicio” que puede hacer
“mucho bien”:
“Probemos hoy a buscar entre los recuerdos en busca de
los signos que el Señor ha realizado en mi vida – cada uno diga: ¿en mi vida,
qué signos ha realizado el Señor? ¿Qué signo de su presencia? Signos que ha
hecho, para mostrarnos que nos ama. Pensemos en aquel momento difícil en el que
Dios me hizo experimentar su amor…”
Buscar los signos de ternura experimentados en nuestra
vida
“Y preguntémonos – prosiguió Francisco – ¿con qué signos, discretos y premurosos, me ha hecho sentir su ternura? ¿Cuándo sentí más cerca al Señor, cuánto sentí más su ternura, su compasión?
Cada
uno de nosotros en la historia tiene estos momentos. Vayamos a buscar esos
signos, hagamos memoria. ¿Cómo he descubierto su cercanía? ¿Cómo en mí ha
quedado en el corazón una gran alegría? Revivamos los momentos en los que hemos
experimentado su presencia y la intercesión de María”.
Mientras antes de rezar a la Madre de Dios, manifestó
su intención de que ella, “que como en Caná está siempre atenta, nos ayude a
atesorar los signos de Dios en nuestra vida”.
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