No me lo quiero perder
| Dominicos de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Qué regalos más
sencillos nos hace el Señor a veces… Llevo varios días en los que me sucede
que, al abrir la ventana para ventilar la celda, Él me regala ver el amanecer.
Esta se orienta precisamente hacia donde sale el sol, y cada día me regala ver
este espectáculo.
Pero me vengo
dando cuenta de que, al cerrar la ventana… ¡se estropea! Nunca había sentido
antes la necesidad de limpiar los cristales. Como no están limpios, hacen que
no se vean del todo bien las Maravillas que hay fuera.
Aquello me dio
mucho para orar… las inclemencias del tiempo, la lluvia, el polvo que mueve el
viento… van depositando en la superficie de los cristales una fina capa que
termina por ensuciarlos. Sin embargo, cuando se limpian, se vuelven nuevos,
completamente transparentes, de tal manera que es como si no existieran,
dejando ver a través de ellos lo que hay al otro lado.
El Señor nos
regala cada día miles de detalles, solo que muchas veces son nuestros ojos los
que no los saben descubrir. Nos sucede como estos cristales, que terminan por
volverse translúcidos, sin dejarnos ver más allá.
Pero hoy cogeré
el paño de la confianza y, con el agua de Su Gracia, limpiaré los cristales de
mis ojos, para no perderme ni uno solo de esos regalos con que Él me quiera
sorprender. Cuando tienes la certeza de que hay algo al otro lado, te urge la
necesidad de pedirle esos ojos nuevos.
Hoy el reto del
amor es limpiar tus cristales. El Agua de su Gracia se manifiesta de muchas
maneras en la Iglesia, a través de su perdón, de un rato de oración, de una conversación
con quien sabes que te guiará a Él… y tan solo tienes que añadir el paño de tu
confianza… ¡Disfruta del amanecer que Él ha preparado para ti!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
17 enero 2022
Fuente:
Dominicas de Lerma