Cáritas Española constata «un gran deterioro de las condiciones de vida». Seis millones se encuentran en exclusión severa
Las familias con niños las más afectadas. Foto: Isabel Permuy |
En 2021 ya son
once millones las personas en exclusión social en España. Esta es una de las
principales cifras que arroja el informe Análisis y Perspectivas 2021 de Cáritas Española sobre
el impacto social de la crisis de la COVID-19. El texto, presentado este
miércoles en Madrid, ofrece un avance de resultados de la encuesta FOESSA 2021
que se publicará, según ha anunciado la secretaria general de la entidad eclesial, Natalia Peiro, a principios del próximo año.
Así, la
exclusión social en nuestro país suma 2,5 millones de personas más que en 2018
y confirma «un ensanchamiento» de este espacio, según ha explicado Thomas
Ulbrich, técnico del equipo de Estudios de Cáritas Española. «Esta es la huella
que ha dejado la crisis sanitaria y social en nuestro país después de solo un
año y medio de su inicio», ha añadido.
Entre este
colectivo, el informe destaca a las personas que se encuentran en exclusión
severa, un total de seis millones, dos millones más que en 2018. En este
sentido, Ulbrich ha apuntado algo realmente preocupante: solo cuatro de cada
diez hogares (41,2 %) disfruta de una integración plena, es decir, no sufre
ningún rasgo distintivo de la exclusión.
Perfil de los
excluidos
Uno de los
grupos más afectados son las familias con niños: «Tener menores de edad a cargo
sigue siendo una carga cuando no hay apoyo. Las dificultades que entraña la
crianza, y la debilidad de los apoyos públicos a las familias con menores de
edad a cargo, incrementan el riesgo de exclusión social en estos hogares». En
este sentido, las numerosas (47 %) y las monoparentales (49 %) tienen un mayor
riesgo de exclusión social.
Otro de los
condicionantes es el país de origen, colocando a los migrantes en «una obvia
posición de desventaja que se evidencia en una sobrerrepresentación de este
grupo en el espacio de la exclusión (38 %) y de la exclusión severa (65 %)».
Vivienda y
empleo
Según Cáritas,
la pandemia ha afectado a numerosas dimensiones de la exclusión, pero sobre
todo lo ha hecho en dos que son estructurales en nuestro país: el empleo y la
vivienda. De hecho, el informe señala que el 25 % de los hogares atraviesan
grandes dificultades en materia de empleo, bien porque no lo tienen o porque el
que tienen no es digno y conlleva ingresos muy bajos. Con todo, tener un
trabajo «no asegura la integración social».
Por otra parte,
denuncia que están siendo vulnerados los derechos humanos de muchas familias a
la vivienda, la energía, el agua o internet. «Se sigue incrementando el número
de familias para quienes los gastos de vivienda suponen una carga tal que, una
vez realizados estos, se quedan en situación de pobreza. Una realidad que hoy
viven el 14 % de los hogares», ha explicado Thomas Ulbrich.
Al margen de los
indicadores económicos, la entidad eclesial está advirtiendo una erosión en las
relaciones en los hogares. Así, los conflictos han pasado de afectar al 5 % a
hacerlo en el 10 % de los casos. Esta tendencia, ha advertido el técnico,
«podría ser muy preocupante para el desarrollo psicoemocional de la población».
Ingreso mínimo
Por último, el
trabajo de Cáritas constata que el Ingreso Mínimo Vital, al que reconoce un
impacto positivo en muchas familias, «ofrece una cobertura insuficiente y
presenta lagunas importantes». Solo el 18,6 % de los solicitantes en pobreza
severa lo está cobrando o al menos lo tiene concedido.
Además, la gran
mayoría de hogares en esta sitaución (74 %) no han podido ni siquiera iniciar
los trámites por falta de información o por encontrarse con barreras tanto de
forma presencial como telemática. «Es necesario fortalecer esta medida para
lograr que sea, efectivamente, un apoyo que ayude a sostener la vida, un apoyo
vital», ha concluido Ulbrich.
Fran Otero
Fuente: Alfa y Omega